Ya que las aguas en el Deportivo bajan mansas, parece que toca hablar del VAR. Porque ésta ha sido la semana del VAR, dado el protagonismo que el aparato (y, sobre todo, sus intérpretes) ha tenido en la resolución del partido entre el Real Madrid y el Almería. Tres consultas y tres decisiones favorables al equipo blanco han desatado la polémica y han traído consigo acusaciones de que la Liga está “adulterada”, como dijo el presidente del Barcelona, que ha hecho cumplir el refrán: “Siempre habla el que más tiene que callar”.
A continuación, Laporta ha añadido que cree en la total honestidad de los árbitros. Entonces podría aclararnos quiénes son los que manipulan la competición. El dardo va dirigido, naturalmente, al Real Madrid pero con la que está cayendo en Barcelona ha querido desviar la atención del grueso del escándalo arbitral que están engordando, un día sí y otro también, todas las personas que realizaron declaraciones ante la Guardia Civil, algunas de las cuales bastante significativas.
Desde luego, el que más podría protestar por todo esto es el Almería, principal perjudicado por las decisiones arbitrales.
Y es al que menos se le oye. Pero, con VAR o sin él, esto no es nuevo: los árbitros siempre se han inclinado hacia los más fuertes y recordamos aquella frase de José María García: “Los equipos grandes siempre parten al inicio de la Liga con diez o doce puntos de ventaja sobre el resto”.
La realidad es que el ‘caso Negreira’ es un peso que le ha caído encima al Barcelona y van a tener que pasar muchos años hasta que supere esta situación.
Y que Hernández Maeso haya beneficiado al Real Madrid hace unos días no tapa el gigantesco escándalo, al que le van a hacer falta muchas ‘leyes de amnistía’ para que el aficionado no culé olvide todo lo que ha pasado.
Nadie duda que Messi haya sido uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol ni que el fútbol desarrollado por el Barcelona de hace años fue excelente y con superioridad sobre todos los rivales. Pero siempre va a quedar esa duda acerca de la influencia real que la ‘trama Negreira’ ha tenido en los resultados. Independientemente de los asuntos arbitrales internos que se desarrollaban bajo la influencia del mencionado Enríquez Negreira y su hijo, los cuales tenían más influencia de la que se pudiera pensar por sus relaciones, clases de ‘coaching’ y otros derivados.
