“Yo soy el líder de esta selección”, dejó bien claro Luis Enrique unos días antes del comienzo del Mundial. Y, como cabeza de grupo, es también el máximo responsable de los resultados. Y éstos han sido nefastos, dejando entre los aficionados una notable sensación de impotencia, sobre todo porque España (aun hoy) es mucho más que Marruecos en fútbol, sin querer decir con ello que la clasificación de los africanos haya sido injusta.
Escribíamos de él hace aproximadamente un año: “Es el típico personaje que se ha conocido siempre como el clásico ‘echao p´alante’. En todas sus comparecencias públicas va ‘sobrao’ y siempre mira por encima del hombro a cualquiera que le pregunta y no está de acuerdo con sus planteamientos o su discurso.
Las desventajas que tiene actuar de la manera que lo hace el seleccionador nacional es que si pierdes se te echan encima y te queda poca defensa. Sobre todo, si pierdes de la manera que lo ha hecho España en este Mundial de Qatar, ya finalizado para el combinado nacional después de ofrecer un balance bien pobre, que nadie se podía imaginar tras aquel debut fulgurante con los siete goles a Costa Rica.
Por buscar el lado positivo de la temprana eliminación española, nos ha gustado la manera que Luis Enrique ha tenido de perder. No ha buscado excusas –tampoco le quedaba otra- y ha asumido toda la responsabilidad, evitando que recayera en los jugadores la parte porcentual que les corresponde porque aquí parece que ha sido tan sólo el seleccionador nacional el único responsable.
Los jugadores son los que han ejecutado tan pobre papel y sobre ellos también ha de caer el peso de la insuficiencia futbolística que han demostrado a lo largo del torneo.
Hay que decir también que hasta ahora los resultados de Luis Enrique –con todas las polarizaciones que ha desatado el asturiano con sus decisiones- no han sido malos: semifinalista en la Eurocopa de Naciones y finalista (con robo incluido) en la Liga de Naciones. Pero la prueba de fuego estaba en el Mundial y ésta no la ha superado sino que ha sido principal protagonista de la debacle general de una selección hecha y dirigida por él exclusivamente desde el primer minuto.
Queda por ver ahora si Rubiales le dará una segunda oportunidad. Hay muchas voces en contra, pero nada hay seguro porque también las hay a favor.
P.D.- Nos quedan dudas sobre el pasmoso ‘tweet’ del presidente del Gobierno español: “Nos habéis hecho vibrar y sentirnos orgullosos”. ¿Quería que ganara Marruecos?
