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En estos comienzos de temporada se confirma todo lo que ha cambiado el lenguaje del fútbol  los últimos tiempos. Por no hablar ya de hace cuarenta o cincuenta años, en los que se utilizaba un lenguaje bastante académico. Baste recordar aquellos ejemplos como los del coruñés Enrique Mariñas o su gran amigo Matías Prats (abuelo), poseedores de unos recursos lingüísticos que para sí quisiera cualquier locutor de la actualidad. Pero esos nombres  ya no dicen nada a las generaciones recién llegadas al mundillo del balompié aunque sí a quienes los recordamos.


Al fútbol se han incorporado palabras y expresiones procedentes de otros deportes. Así, ahora se habla de “errores no forzados” a la salida del balón y ya no existen aquellas expresiones como el “pase de la muerte” o un simple pase en profundidad (ahora es “filtrar” un pase). Lo que priva en estas fechas es la “asistencia”, palabra que nunca ha existido en el fútbol y que se ha importado del baloncesto, que ahí ya lleva muchos años instaurada. Como también la expresión “minutos de la basura”, que se va incorporando al fútbol del baloncesto cuando el partido también está resuelto. Los trallazos de antes son ahora “misiles” o “bombas”, al tiempo que incorporamos definiciones como las de laterales cortos y largos.


Pero me sorprendió una novedad días pasados en una retransmisión. Reconozco que ya la había oído, pero me había olvidado de ella. Se trata del “gilicórner”. Se trata, por si alguno no lo sabe, de sacar un córner en corto, pero el equipo atacante malogra la jugada a las primeras de cambio. En fin, son los nuevos tiempos y tenemos que adaptarnos a todo tipo de expresiones y de lenguaje. 


Naturalmente, los argentinos también tienen mucho que decir en este apartado. Todas esas expresiones como “es un crack”, “realizó una gambeta”, “cobró una falta” o “fulano, solo contra el mundo” son de ellos de siempre, pero ya desde hace años se están introduciendo en el lenguaje de los narradores locales.

 
Ahora ya es raro que un equipo “coloque el autobús” porque ya se juega por todo el campo, pero los jugadores se siguen “tirando a la piscina” y a otros les “roban la cartera”. Pero lo que no ha variado desde tiempos inmemoriales es el objetivo, que no es otro que ganar siempre. Por eso nosotros cerramos este comentario  con la célebre frase de exfutbolista australiano Mark Viduka: “No me importaría perder todos los partidos siempre y cuando ganemos la Liga”. Ahí queda eso.

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