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La verdad es que hemos llegado a un punto donde 45 minutos, de cierta intensidad, nos generan una auténtica hemorragia de satisfacción futbolística. La victoria lograda, el pasado domingo, propició que los 20.000 espectadores y los que siguieron el choque a través de la televisión, pudieran irse a la cama con una sonrisa y el deber cumplido.


Tras ver lo que se vio, la pregunta es obvia: ¿Por qué ese cambio radical de actitud sobre el césped en relación a la primera y segunda parte? ¿Tendría algo que ver la nueva incorporación del psicólogo, ejerciendo de mano de santo?
Una primera parte muy turbia y donde se pudo pagar caro el dejarse ir por la corriente. En la grada blanquiazul se temía lo peor. Incluso, el denostado gremio arbitral se puso de nuestro lado, al señalar una falta previa al gol materializado por el equipo catalán.


Entusiasta cambio de imagen tras el descanso. Un equipo capaz de ofrecer sensaciones a las del choque con el CD Lugo. En este segundo periodo, el resultado se quedó corto. Los méritos fueron para otros números. Deseo que no fuese un espejismo y se siga refrendando en la próxima visita a tierras irundarras. 


Punto y seguido. Menuda desilusión me llevé el pasado sábado cuando acudí a presenciar un partido de División de Honor cadete a las instalaciones de Abegondo. Se suele utilizar el eslogan de que “fútbol es fútbol” para tener que adecuarse a cualquier circunstancia que se presente. Pero lo que vi, no me gustó nada. 


Tuve que presenciar el partido desde la carretera que circundan los diversos campos, ya que los accesos al terreno de juego estaban totalmente inaccesibles. Sin el más mínimo graderío para cobijarse de una pertinaz lluvia. El terreno de juego presentaba unas lamentables condiciones, como se decía en su momento, un autentico patatal. 


Los jugadores deportivistas, conocedores de la situación, disponían de las botas necesarias para la situación, los rivales, acostumbrados al césped artificial, se veían perjudicados y resbalaban de forma continua. Una ‘peniña’ de enfrentamiento. Puedo entender que la climatología pudiese generar una situación difícil de asumir, pero un Club como el Deportivo debe tener capacidad para buscar otra instalación que reúna unas condiciones mínimas de juego para desarrollar una actividad, teniendo en cuenta la categoría y edad de los participantes. Lo mejor de la vivencia, fueron los responsables del mantenimiento, todos muy amables y serviciales.


Finalizo. Lo del Balón de Oro me suena, cada vez más, a un contubernio económico. Intermediarios, patrocinadores y demás familia, juegan sus cartas para hacer aflorar intereses particulares en los premios. Particularmente, lo de este año, en el apartado masculino, me pareció sangrante. Sinceramente: ¿Ustedes creen que actualmente Messi, es el mejor jugador del mundo mundial? Pienso que no, pero ahí les dejo la interrogante.


Como siempre un placer.

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