Desde que esta columna ha visto la luz (y ya van unos cuantos años) en varias ocasiones hemos aludido a la International Board, ese organismo que se encarga de proponer y ejecutar las modificaciones de las normas que rigen el fútbol en los terrenos de juego. Antes, esa institución pasaba años y años sin salir a la palestra porque los cambios eran mínimos; ahora interviene más porque todos quieren hacer modificaciones ya que parece que cuantos más cambios se hagan mejor irán las cosas. Y también porque se quieren aprovechar los avances tecnológicos para tratar de modernizar el fútbol en la medida de lo posible.
Lo cierto es que hace unos días el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, dio público conocimiento de una reciente reunión del citado organismo. Se mostró firmemente contrario a la celebración de partidos a reloj parado e instó a los árbitros a añadir todo el tiempo que haga falta, como ya ocurrió en el pasado Mundial de Qatar. El máximo responsable del fútbol mundial manifestó tajantemente su oposición a parar el reloj durante los partidos, dando a entender que esa decisión alteraría la propia esencia del balompié. “Los añadidos de diez minutos o más volverán a ser habituales”, concluyó ese asunto.
También dijo Infantino que en esa reunión se habló de añadir el tiempo que los equipos pierdan en la celebración de los goles, así como de que los árbitros expliquen a todo el estadio el porqué de sus decisiones (así afinarán más con el VAR), como ya ha venido ocurriendo en el pasado Mundialito de Clubes y, pronto, ocurrirá en el Mundial sub-20 que se disputa en Indonesia. Y avisó: “Vamos a tratar de perseguir los comportamientos engañosos de algunos futbolistas y dar a conocer las conversaciones entre árbitros, jugadores y técnicos cuando ocurran situaciones que puedan ser polémicas”.
Nos llamó la atención esa otra disposición por la cual los porteros no podrán tocar el larguero, los postes ni la red antes de la ejecución de los penaltis. Se acabó aquello de distraer al lanzador rival con maniobras raras o antideportivas, aunque ya se inventarán otras para hacerlo.
Los cambios en el fútbol están ocurriendo los últimos años a velocidad de vértigo. Es el deporte más seguido en el mundo y sigue despertando pasiones, pero, para los que hemos visto unos cuantos partidos a lo largo de nuestra vida, parece que algunos condicionantes del fútbol actual anulan cierto virtuosismo de antaño. Pero no es nada que no tenga solución con más talento.