Si alguien creía que el Real Club Deportivo iba a caer en el ostracismo tras su paso por la categoría de bronce estatal estaba bastante equivocado.
El RCD volverá a competir a partir del mes de agosto en el fútbol profesional y lo hará con una estructura y todos sus estamentos fortalecidos para evitar repetir errores que llevaron al primer equipo a militar durante cuatro largas temporadas en la Segunda B y la Primera RFEF.
La presencia del RCD en lo que algunos todavía denominan Segunda División beneficia a todos. Primero, como es lógico, al propio club y después, al mismo campeonato. El torneo liguero volverá a contar con una entidad que tiene tirón y que promete ser la que a mediados de la década de los noventa y la primera de este siglo enamoró a los aficionados del deporte rey de nuestro país y de fuera de nuestras fronteras.
Todavía faltan tres encuentros para que concluya el actual curso –el partido del sábado ante el Real Unión y los dos ante el Castellón–, pero son muchos los que aguardan con enorme ilusión el comienzo de la próxima temporada.