Es cierto que siempre se dice que hay que pegar el hachazo en forma de rachas positivas en enero-febrero. Que es donde se fraguan los objetivos. Pero no es menos cierto que el Deportivo ha dilapidado ya bastante tiempo y oportunidades.
Se trasladó el mensaje de no meter presión a los profesionales. A pesar del mal comienzo, hubo paciencia y comprensión.
Se volvió a enviar el lema de que la mala suerte, las lesiones, los árbitros, habían hecho mella en el rendimiento de los herculinos. También se entendió. Y se respetaron derrotas que no son propias de un plantel como el Deportivo.
Aún hay tiempo para ganar, ganar y volver a ganar, que decía Luis Aragonés, precisamente para comenzar el año en posiciones más acordes con la plantilla que atesora este club. Pero también queda menos cada jornada que pasa.
Si no llega de una vez por todas la ansiada regularidad en forma de triunfos no sé qué se nos dirá. Prefiero no pensarlo y creer que el equipo ‘arrancará’ de una vez por todas.