El 2022 es año de elecciones en las federaciones deportivas gallegas. Ya la Xunta de Galicia, por medio de su Vicepresidencia Primera, las ha invitado a ello, merced al Decreto aprobado el pasado mes de diciembre y que se hizo público a continuación. En él se detallan todo tipo de condiciones y circunstancias por las que habrán de pasar aquellos candidatos a los diferentes puestos que tomen parte activa en los sufragios.
En total serán 58 las federaciones que acudirán a las urnas, circunstancia que se produce cada cuatro años, coincidiendo con el año de los Juegos Olímpicos de Invierno, que ahora justamente se están celebrando en Pekín. Una de las novedades que ha establecido la Xunta es que los candidatos a presidir las federaciones no necesitarán haber nacido en Galicia ni siquiera tener vecindad con la Comunidad Autónoma, o sea, abriendo fronteras. Esos mismos candidatos necesitarán no estar inhabilitados para cargos públicos si quieren presidir una federación.
Aunque durante los últimos años se ha producido una serie de renovaciones en algunos de los cargos federativos, en otros continúan personas que llevan mucho tiempo al frente del deporte gallego que representan. Y, desde luego, cuando un dirigente permanece en el cargo muchos años, apegado a la poltrona como se decía antes, no deja correr aire fresco y eso termina por desgastar a su propia persona y al deporte al que representa.
La solución estaría en esa fórmula –aplicable a los políticos, principalmente– que no permite a los dirigentes que permanezcan en el mismo cargo más de dos legislaturas. Así no se pudre nadie y puede correr el escalafón sin miedo al estancamiento en los puestos. Cuando se habla con directivos sobre este asunto, en teoría hay muchos que consideran esa medida como un acierto pero en cuanto se ven sentados en el sillón su opinión cambia radicalmente.
La juventud de los dirigentes es otra de las características destacables de estos hombres que ahora dirigen el deporte gallego. Los hay de todas las edades, lógicamente, pero en los últimos tiempos se puede apreciar una renovación en este sentido.
No profundizamos mucho más en el asunto porque ahora no seguimos de cerca (como antes) su gestión. Simplemente, se abre el proceso electoral para que cada federación y sus representantes puedan elegir aquellos a los quieran que estén los próximos cuatro años al frente. Y después, que cada palo aguante su vela.
