Ya lo decía uno de sus entrenadores en categorías de base, Yayo Urzay, en una entrevista de mi compañero Israel Zautúa publicada en este diario a finales de octubre: ““No he visto un jugador igual a él en mi vida; lleva el gol innato”.... Y es que Martín Ochoa es un delantero especial. Ya sabe lo que es anotar con el primer equipo (marcó el único tanto de la victoria en Sabadell). Y todos los aficionados blanquiazules esperan que no se convierta en un nuevo Noel o Trilli y pueda vestir durante muchos años la camiseta del Depor.
El futuro es incierto. Da muchas vueltas. Y, encima, los clubes más fuertes no tardan en echar sus redes sobre jugadores con talento cada vez más jóvenes. Pero de momento tenemos que disfrutar de su juego. Del suyo y del de todos los canteranos blanquiazules.
Martín Ochoa es un fuera de serie, pero también joven, y hay que cuidarlo. Que sepa gestionar el éxito y las decepciones que le esperan. Y que, pase lo que pase, siempre lleve al Depor en su corazón.