En primer lugar, resaltar la victoria deportivista en esta “sombría” Primera Federación, comenzó la cuenta positiva. Dicho esto, recupero la opinión que siempre trasladé, que los equipos son la prolongación de lo que es su entrenador. Por lo que, nuevamente, me siento preocupado por este Deportivo. Analizado el 80% del tiempo jugado, me deja una gran duda sobre lo que será el discurrir del campeonato.
Trasladaba nuestro estimado director el pasado lunes, que el equipo necesitaba “personalidad deportivista”. Pues eso es lo primero que debe requerirse al plantel para lograr su único objetivo de la temporada. Si no partimos de esa premisa, será muy complicado hacerle frente a todas las contingencias que seguro tendrán que afrontar.
La pasión en la vida y más en el deporte, representa el principal activo para lograr el éxito. El sábado me daba la sensación que los protagonistas no tenían concreción de cuál era su papel. No daban con la tecla de la firmeza y seguridad con la que se debe afrontar cualquier choque. Tras el descanso, alguna cuestión táctica se modificó y se pudo cambiar la orientación del resultado, pero se mantuvieron sensaciones de ambigüedad.
No tengo nada contra el actual técnico, pero no me transmite ninguno de los símbolos que entiendo necesita este equipo para poder ascender. Lo dije antes y lo digo ahora. Es lo que hay, pues no lo van a cambiar y por lo tanto hay que cerrar filas, esperando mi equivocación. ¡Transmite pasión, Borja!. Un plus de ella, no vendría mal a jugadores y afición.
Dejo mi visión sobre lo vivido en Riazor y me adentro en otro parámetro del cual me hice eco en su momento: ¿Cuál es el papel del actual Consejo de Administración profesional que tiene en sus manos el devenir del R.C. Deportivo SAD?. Siempre entendí que la función principal de un presidente es la de ofrecer liderazgo. Nunca vi al actual ejerciendo tal habilidad. Más bien todo lo contrario, sumido en una nube permite que todo se desarrolle en un tono muy bajo, cuestión de inercia.
Estos días el presidente del Cádiz, metía el dedo en el ojo sobre el tema de Lucas Pérez. Criticó duramente la forma de actuar desde Riazor, tildándola de poco elegante. Echaba de menos una llamada del Sr. Couceiro para mantener una conversación de presidente a presidente. Las consecuencias ya se saben, se creó una ilusión que acabó en desilusión. Se sigue estando a años luz en gestión social con respecto a la afición que se tiene.
Finalizo con la nueva “chapuza” de la Real Federación de nuestros días. Aún sin resolver el tema del caso DUX, a menos de una semana se cambia de día y hora el choque que el Deportivo debe disputar en Mérida. Coincidía con un concierto y pasa para el día siguiente. No importa que los aficionados ya hubieran realizado sus planificaciones de viaje. Otra falta de respeto más… ¿Y van?
Como siempre un placer.