Observo que tanto nuestra alcaldesa como su delegado en la función deportiva, no tuvieron que acudir como padres o acompañantes a los partidos que se disputaron este fin de semana (por ejemplo a las 9 de la mañana del sábado) a la magnífica instalación (así nos lo venden) del nuevo campo de fútbol ubicado en Eirís.
Ver a los damnificados aguantar, en minúsculos graderíos, las inclemencias climatológicas, resulta bien lamentable para el orgullo de una ciudad como A Coruña.
Será porque no les vengo transmitiendo, a lo largo de los años, las vivencias en los campos de la Torre, pues nada… no se aprende. O entienden nuestros estimados gestores, que con lo que hacen ya cumplen con su cometido. Pues no… un servidor no traga con esta desidia. La vida evoluciona y hay que estar al nivel de los requerimientos de la sociedad. No debe hacer falta que venga el Presidente del Gobierno, con un video publicitario por el medio, a los campos de la Torre para ejecutar una profunda limpieza de sus depauperadas instalaciones. En fin… con lo que tenemos, desgraciadamente, la vida seguirá igual. Cambio radicalmente de estatus. Estos días caía en mis manos un artículo de opinión de Juan Ignacio Gallardo, actual director del madrileño diario Marca, que si me permiten quisiera abrir canal.
Bajo el titulo “Los periodistas también sacaremos los tractores”, ofrecía un signo de alarma con la intención de proteger a la profesión de un derrumbe en cuanto a credibilidad: “Los que observamos cómo se pisotean los principios elementales, solo para contentar a una muchedumbre enardecida y envilecida en redes sociales, sólo para conseguir el aplauso facilón, frívolo y vacío de quienes se alimentan de mezquindades, ofreciéndoles un espectáculo que cuanto más bochornoso más sabe a caviar. Entregando el prestigio a cambio de mísero like”.
Gallardo utiliza las actuales movilizaciones de los hombres del campo, para reivindicar el buen trabajo periodístico, fuera de manipulaciones por falta de profesionalidad.
Particularmente soy muy partidario de los grises, les dejo el blanco y el negro para los que les guste romper moldes. Recojo esta exposición, que realiza un compañero, pero tengo muy claro de que el peor enemigo que tiene el periodismo, de la variante que se quiera, es el propio gremio. Mi vivencia, desde la Federación Galega da Prensa Deportiva, me trasladó la enorme falta de corporativismo que impregna al colectivo. Actualmente con toda la parafernalia montada en el ámbito social, sobrevivir, con lealtad, es todo un éxito. Algunos, solo para asomar la cabeza, lo hacen a base de uñas y dientes. Ver el último capítulo ofrecido por los señores Siro López y Pedrerol. Toda una oda al esperpento, como podría haberlo titulado Valle Inclán.
Finalizo. Sentidiño es lo que se precisa en estos momentos el entorno de este loable Deportivo. Después de rozar el éxtasis con esta magnífica remontada, ahora solo cabe ratificarlo cada jornada. Dos próximos choques, Lugo y Tarragona, deben marcar un horizonte propicio. La vida se ve de otro color, pero fuera euforias y partido a partido.
Como siempre un placer
