OPINIÓN | Error garrafal prescindir de Epi
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OPINIÓN | Error garrafal prescindir de Epi


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 Durante este año mostré mi opinión en este mirador, razonada, con total libertad y sin ser partícipe de ninguna campaña. Después de consumado el descenso del Leyma en Bilbao, uno esperaba que el club se mostrase con un mensaje ilusionante y tranquilizador, y se encuentra con una serie de exabruptos que trasmiten lo contrario y generan desconfianza de cara al futuro del club.


Primero, por razones de humanidad, se deja marchar a la estrella del equipo, Taylor. A posteriori llega otro jugador. Luego, el presidente se despacha en la radio con unas explosivas declaraciones, hablando de indisciplinas, vestuario convulso, Heurtel jugador conflictivo, inseguridad manifiesta sobre la continuidad de Epi y un presupuesto para la 2025-26 entre dos y medio y tres millones.


Uno espera lo normal, e importantísimo, que se hubiese marcado un periodo de reflexión y estudio riguroso para poder poder aprender y generar una autocrítica contundente. Pues no. Con una exacerbada incontinencia verbal se despachó De Amallo. Lo del vestuario falto de disciplina no es muy creíble, pues no hay elevado ningún expediente. Y con la presencia en el mismo de Burjanadze y Alex Hernández, menos creíble.


El ataque a Heurtel me parece grosero y falto de rigor. Hablamos de un jugador, con contrato y fichado por este presidente, que tiene familia y una profesión que defender en sus últimos años de carrera. ¿Dónde dejó la humanidad que empleó con Taylor o con Figuerora?


Que yo sepa, un gesto de indisciplina con el Madrid; con el Barça fueron cuestiones contractuales con otros equipos, pero nada de indisciplina. La prueba está en que el Barça lo quiso fichar este año, pero la afición protestó por su relación con el eterno rival y se desechó la contratación.


Con Epi teniendo contrato para el próximo año, De Amallo no muestra firmeza en su continuidad. Hay que hablar, dice. Considero un error grave, garrafal, prescindir de él, porque si hubiese un vestuario problemático el equipo no habría respondido como lo ha hecho en los últimos partidos, con planteamientos fantásticos del técnico, pero perdidos en los últimos minutos por falta de efectivos. Porque se decidió no reemplazar lesionados.


En estos tres años he podido aseverar el conocimiento que Epi tiene del baloncesto y, lo más difícil, lo bien que entiende este juego y su ascendencia con los jugadores para transmitirlo. Para muestra, el partido en casa con el Valencia. O el del Barça, con la defensa de Taylor sobre Punter que desarboló al rival. Y así podría seguir.


Resulta que tenemos con contrato al mejor entrenador de la segunda liga del país. Ahí están su currículo y sus ascensos con distintos equipos. Y ahora vayan ustedes a saber por qué campaña a favor de otro o por qué capricho se va a renunciar a tener al mejor.


Si es por capricho, “caprichos tengas y dinero para pagarlos”. Epi no puso a nadie contra la pared para firmar su contrato. Y defiende su profesión con honradez y dignidad; por lo tanto, sería pagarle a él más al que venga.


Desde la semana pasada son continuos los comentarios y llamadas para favorecer la llegada de un entrenador que, en mi modesto entender, significa pasar de la excelencia, conocimiento y compromiso de Epi a la mediocridad del que dicen puede llegar.


Me inspira esta situación un punto de deslealtad. Fuego amigo. Que el presidente parece que ha comprado. Como dijo un político, “cuerpo a tierra, que vienen los nuestros”.


Es posible que dentro del club haya alguien que, pensando en su estabilidad, participe de forma activa en una campaña que favorezca la llegada de su ‘patrocinado’. Aún no terminamos y ya malempezamos. Cuidado, que si el vecino no asciende y contrata a Epi, el año próximo nos puede pasar por encima.


Tras la inoperancia y la ignorancia vividas, ahora entramos en la vorágine de la precipitación: anunciamos la renovación de abonos a partir del día 26, cuando aún no hemos terminado. No se produjo ni la reflexión ni la autocrítica necesarias, pero con un matiz importante: si no hay conocimiento, ¿de qué vale tener el mayor presupuesto? A esto hay que llegar llorado y aprendido, y entender que en la gestión de decisiones no hay tiempo muerto. Eso es en la cancha. En el deporte del élite, el mañana no se para a esperarte.


Quiero trasmitir a Epi mi agradecimiento por todo su empeño, generosidad, aguante y compromiso con un club que, cuando nació, competía en la segunda liga del país con 300 espectadores, doce camisetas de un color y doce de otro. Ahora hay 8.000 en la grada y miles de camisetas y bufandas. Gracias, Epi. Te deseo éxitos. Ojalá que sean aquí, y si no, allá donde vayas. Voy a suscribir como mías unas palabras de O Sanderín do Forno: “Dios mío, qué buen vasallo si tuviese un buen señor”.

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