El jueves vivimos una noche magistral, que demostró que el imposible no existe y el no intentarlo, sí. Fue dulce la vivencia colectiva en el Coliseum. Los 8.000 vibramos y disfrutamos del minuto uno hasta el final.
Resultó gratificante ver a la gente gritar, bailar y agitar las bufandas, totalmente involucrada. Dulce fue cómo los jugadores ‘bajaron’ a los 8.000 a la cancha, su generosidad de esfuerzo –como si no hubiese un mañana–, su fortaleza mental, su alto nivel de concentración y la ejemplar disciplina táctica, cumplida a rajatabla, sin salirse del guion y de las órdenes trasmitidas desde el banquillo, en los cambios tácticos que provoca la variedad del juego del Barça.
Un mayor dulzor fue saborear el excelente plan de partido de Epi, estudiado por scouting de manera milimétrica. Según qué jugador del Barça entrase en la cancha, Epi tuvo al jugador adecuado para contrarrestar el talento del rival. Peñarroya decidió jugar con pequeños, con Parker de falso ‘4’, jugar pick and roll y así tener cinco abiertos para buscar triples o canastas fáciles que le ayudasen a recortar la diferencia en el marcador. Pero Epi puso a Taylor sobre Punter, que era quien jugaba ese pick and roll, pasando el bloqueo directo por encima, defendiéndolo al límite del reglamento y negando la continuación.
Agradable dulzor el planteamiento de Epi, igual que había sucedido en los cuatro partidos anteriores.
Dulce fue leer al presidente De Amallo diciendo que Epi tiene contrato para el próximo año. Estemos donde estemos. A pesar de la coletilla que añade en sus declaraciones: “Tenemos que hablar”. ¿Hablar de qué? Será de la composición de la plantilla del año próximo y de la planificación de la temporada, porque, en el supuesto de que el presidente tenga pensado prescindir de Epi, no hay nada de qué hablar más que de pagarle y desearle suerte.
El amargor es ver la posición que ocupa el equipo en la tabla. Aunque pese a las continuas bajas por lesión y la distancia que hay con otros equipos el Leyma sigue vivo y luchando hasta la última gota, mostrándose el equipo muy por encima del club, ya que desde la entidad la inoperancia, la falta de decisiones y la ignorancia baloncestística han dejado al equipo abandonado a su suerte. Y ahí está el staff y los jugadores sanos manteniendo la llama encedida, demostrando que lo imposible no existe.
Conocemos la situación contractual de Epi, pero nada sobre la continuidad de jugadores. Tras ver el compromiso de los 8.000, estos necesitan algo más para seguir creyendo y teniendo compromiso e ilusión. Sería un avance, por parte del consejo de administración, que nos anunciasen la renovación de jugadores como Diagne, Silins...
Partiendo de ahí podríamos entender que el consejo aprendió y captó el mensaje que la grada le transmitió el jueves. De lo contrario, nos veremos en un continuismo nefasto y en un futuro muy incierto y desafortunado para una ampliación de capital (no obligatoria) que sin estímulos díficilmente se verá completada. Que en la situación deportiva que se está viviendo la directiva se centre en una ampliación de capital y no en las necesidades del equipo, me parece peligroso y una falta de consideración hacia los 8.000 y al propio equipo.