Definitivamente las dudas se han instalado en el ambiente. Muchos deportivistas no entienden los planteamientos de Cano, ni los cambios –el momento y la forma de hacerlos–, ni el discurso previo o las explicaciones posteriores. Por no decir que se han hecho unos fichajes en el mercado invernal que casi no participan en los partidos, cuando han elevado el nivel del plantel de manera obvia.
Hay un divorcio más que evidente entre una sección de la afición y el técnico; los periodistas deportivos de más experiencia en esta ciudad (y hay unos cuantos) critican, desde el respeto, pero día tras día, las acciones y decisiones del entrenador. Las opciones de ascenso directo se evaporan. El playoff no nos ofrece garantías y, por si fuera poco, la mala suerte se ceba con las lesiones de dos de los mejores efectivos de la categoría.
Ya nos gustaría estar escribiendo de otras cosa, pero la realidad es tozuda. Tres victorias en los últimos diez partidos. Los números no mienten. Como para no dudar...