Aunque el Depor pierde posibilidades de ascenso directo cada jornada que pasa hay que aferrarse a que es posible. Está claro que cada vez es más complicado y que, incluso ganando todos los partidos, hay que esperar a que dos (sino tres) rivales fallen un par de veces. El tema es peliagudo.
Quedan puntos en juego, hay opciones, es factible y a ello hay que aferrarse. Compro el discurso del entrenador porque tiene que expresarse así ‘por cargo’. Es la única manera de pensar aunque se hayan dilapidado muchas opciones de ser líderes de esta competición.
Quedan seis finales. Ceuta, Córdoba, Alcorcón, Linares, Algeciras y Pontevedra. Habría que ganarlo todo para llegar a los 76 puntos y tal bagaje tampoco garantiza el regresar al fútbol profesional por la vía rápida. No obstante, acabar el campeonato en buen momento ante un hipotético playoff, encontrando las sensaciones fuera de casa que nunca se han tenido en este curso, será clave para afrontar esa ‘moneda al aire’. O somos positivos o estamos apañados.