Fantástico estreno de Lucas Pérez en Riazor en la contundente victoria frente al Unionistas. Fue en todo momento un referente en ataque y tuvo claridad a la hora de definir. Se le notó muy metido en el partido, con ganas de agradar y generosidad con sus compañeros en la distribución del juego. Sin duda está llamado a convertirse en el líder del equipo.
El partido se inició con un merecido homenaje al Dr. Barbeito, recientemente fallecido, un deportivista hasta la médula que prestó sus servicios como médico del Club hasta su jubilación. Contaba en una entrevista que cuando llegó al Club las infraestructuras clínicas se limitaban a una angosta sala de curas con una camilla y un botiquín con apenas unas vendas, mercromina y poco más. Su dedicación al Deportivo entra a formar parte de las personas que hicieron grande al RCD. La alegría del resultado ante los salmantinos, deja sin embargo un sabor amargo que no es otro que el enésimo maltrato de la dirección deportiva hacia la cantera. Calificaría de auténtico desplante dejar sentado en el banquillo a Trilli, el prometedor lateral que se proclamó campeón de España juvenil hace apenas dos años. Una cuestión más difícil de entender cuando Cano movió de su posición de centrocampista Villares para cubrir la baja de Antoñito en el lateral derecho, un movimiento humillante para un jugador joven como Trilli que desempeña esa posición en el campo de forma habitualmente.
Y es que empieza a cansar que todas las directivas declaren con solemnidad su apuesta por la cantera y al final se quede en un brindis al sol. Máximo cuando de Abegondo acaba de salir una generación de jugadores campeones de España en categoría juvenil, que han derrotado a equipos como el Madrid o el Barça y que algunos forman parte de la selección sub-19.
Esta historia suena a déjà vu. Si alguna razón había en su momento para no darle oportunidades a los canteranos -entiéndase cuando el Depor militaba en Primera División-, no parece justificable que no gocen de minutos y protagonismo en Tercera. Sobre todo, cuando algunos de los titulares son medianías fichadas de equipos ramplones. Pregunta es: ¿por qué no equivocarse con los canteranos? ¿por qué no dar una, dos, tres y todas las oportunidades que necesiten los jóvenes talentos que tanto dinero y esfuerzo costó formarlos en la base?
Luego vendrán los lamentos cuando clubes más poderosos fichen a estos jugadores para hacerlos grandes. Qué puede pasar por la cabeza de Trilli al final de la temporada después de demostrar su fidelidad al Dépor rechazando ofertas de equipos de élite. Cuidar la cantera significa dedicación en la formación para que los jóvenes lleguen a jugar en el primer equipo. Si no se mantiene este principio, es lógico que los jugadores busquen otros horizontes fuera de nuestra ciudad.