Lo del Depor es para hacer un tratado de lo que no se debe hacer. Es la tercera temporada en el pozo y parece que a este club le han gafado. Ni cuando daba la sensación de que el despegue era inevitable con la llegada de Lucas se ha podido consolidar una trayectoria acorde con la plantilla que ahora tiene la entidad.
Después de que el relevo técnico diera algo de oxígeno a un ahogado equipo, volvemos a las dudas, dentro y fuera del campo, y caminamos decepción tras decepción por los resultados y la sensaciones. Parte del deportivismo brama y pide la destitución del técnico a falta de diez jornadas y justo antes del partido con el Celta B. También hay voces que entienden que se debe aguantar al entrenador, por lo poco que queda para finalizar la liga y porque el nuevo inquilino del banquillo podría estrellarse precisamente en su debut ante los cachorros olívicos.
Me entristece ver que, con tan buenos futbolistas, este plantel no dé su mejor versión y comprendo las decepciones que siembran las dudas. Ojalá ‘despertemos’ este domingo.
