Esta Eurocopa 2024 que se celebra en Alemania está viniendo marcada por varias cosas: la primera, por la constatación de que la mayoría de las selecciones llegan agotadas físicamente a estas alturas de la temporada y la segunda, ya a nivel de consumo local, por el señalamiento de algunos de los locutores encargados de la retransmisión de partidos y la forma en que realizan las narraciones.
Sobre la primera cuestión debemos de incidir en lo que venimos comentando desde hace tiempo: tantas competiciones, tantos partidos acumulados, no hacen otra cosa que desgastar a unos jugadores que llegan reventados al final de temporada. Y así ofrecen un rendimiento menor del que se podía esperar de ellos.
Ahora, por si fuera poco, nos anuncian un Campeonato del Mundo de Clubes (en un país árabe, por supuesto) con más partidos a cuestas porque parece que la participación va a ser de treinta y dos equipos.
Todo sea por la globalización y por el aumento de las plantillas, porque los clubes cada vez tendrán que tener más jugadores de primera línea para que puedan sustituir a los presuntamente titulares.
Al final, los intermediarios de turno serán uno de los grandes beneficiados, y es que el dinero lo puede todo.
Por lo que respecta a la segunda cuestión tenemos que comentar, como espectadores lo más neutrales posible, que algunas transmisiones no son acordes con lo que estamos acostumbrados a oír (por decirlo de forma benévola), por no entrar ya en la gran cantidad de meteduras de pata de carácter gramatical.
Con todo lo que se dice de él en las redes sociales, caracterizadas por su falta de rigor en casi todo, pensamos que Juan Carlos Rivero es el mejor narrador de los existentes. Tiene fallos, naturalmente, pero lo hace bien.
Como también se escucha con agrado el dúo formado por David Figueira y ‘Chapi’ Ferrer porque se compenetran y logran dotar de interés las transmisiones con sus acertados comentarios, lo mismo que Marchena al que traicionan algunos giros lingüísticos.
Del resto, qué podemos decir: probablemente pocos de ellos vuelvan a repetir en futuros eventos que tengan características similares.
Si Televisión Española apuesta por grandes acontecimientos deportivos sale ganadora. Excelente en el aspecto técnico y en la programación del evento, lo que le ha servido para ser la cadena (La 1) con mayores porcentajes de audiencia en el pasado mes de junio.
Y lo mismo se prevé en julio, todo gracias al fútbol. De modo que los objetivos –que son otros, seguramente- se pueden dar por cumplidos.