Ahora sí. Ya se pudo cantar, con la licencia pertinente, el grito que presidió todas las celebraciones deportivistas tras el conquistado ascenso. Me alegro que tanto jugadores y el cuerpo técnico, jerarquizado por Imanol Idiakez, no tiraran por la borda el liderazgo de la categoría.
Se me puede catalogar de puritano, pero me sigo identificando con el valor de un título y por lo tanto, el poder levantar el trofeo correspondiente. Entendiendo que este simbolismo propicia una de las principales esencias que hacen que el deporte, en general, represente una de las mayores transformaciones del individuo y en consecuencia, de la sociedad. Misión cumplida.
Cerrado este capítulo del fútbol no profesional, esto entre comillas, la travesía vivida no se debería asumir como el paso por un castigo. Tal y como se desarrollaron todos los parámetros de la entidad y su entorno, sería necesario catapultarlo como una vivencia, propiciando un relanzamiento hacia el futuro.
Las bases se fortificaron generando un dinamismo propicio para encauzar nuevas metas. La segunda división profesional se presenta como un gran reto de superación. Analizando la estructura de la categoría, la visión es complicada de afrontar. Cualquier error de gestión puede hacerte caer hacia una travesía de difícil asimilación.
Ahora que todo es alegría y jolgorio, no se debe borrar el listado de errores y deficiencias que se vieron plasmados a lo largo de estos últimos años. Es claro que la perfección no existe y menos en el fútbol, pero los malos posicionamientos deben ser perfectamente contrapuestos para no volver al agujero negro.
La pasada semana, transmitía mi preocupación y lanzaba, al aire, una duda que me embargaba… ¿Quiénes eran los verdaderos asesores que planteaban al propietario del club las distintas decisiones que se vienen adoptando?. Es obvio que en la calle, las miradas van dirigidas hacia el Sr. Escotet, pero yo, particularmente, no lo veo metido en estos berenjenales. ¿Quién será el ‘personaje’ que decide si este o aquel tienen que abandonar el barco?. Tal y como se están desenvolviendo las cosas, cualquier trabajador de la casa Depor debe vivir en un bloqueo laboral. Nadie está libre del despido inmediato. Vamos… como la vida misma en el banco. Ello propicia un alto factor de riesgo, impidiendo, en muchos casos, que cada uno pueda ofrecer lo mejor de sí. En fin… son nuevos tiempos a los que habrá que adaptarse, aunque cueste hacerlo.
Finalizo. Hace ya algún tiempo, una de mis ‘epístolas’ con ustedes la titulaba con el nombre del actual técnico del Real Madrid. Siempre me generó un profundo respeto su forma de actuar y su conciencia de equipo. Vuelvo a sacarlo a colación, pues su ampliada trayectoria rompe cualquier profecía previa. Sin ruido, sin estridencias, Carlo Ancelotti ha logrado, con sus éxitos, la admiración del colectivo futbolístico, cuestión realmente casi imposible de conseguir por aquello de que cada uno de nosotros lleva un ‘alineador’ dentro. La próxima temporada, deberá actualizar su chistera y poder dar entrada, en un equipo campeón, al recién llegado Mbappé. Alguien se tendrá que quedar sentado en el banquillo. Me quedo a la espera de la solución, que seguro la encontrará.
Como siempre un placer.