En mi juventud, los deportes practicados por mujeres eran todos aquellos que se jugaban con la mano (baloncesto, balonmano, voleibol, tenis), y no recuerdo a ninguna niña jugando al fútbol en la calle. Lo de Irene debió de ser un caso excepcional.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte está siendo muy ostensible el relieve que está adquiriendo el fútbol practicado por mujeres. Clubes españoles que antes no se preocupaban por este tema han ido configurando plantillas femeninas desde las categorías de base hasta las profesionales, incluyendo importantes fichajes de jugadoras de otros países. Lo mismo ocurre con jugadoras españolas que han sido fichadas por equipos extranjeros. Los últimos casos son los de la madridista Claudia Zornoza, que se va al Utah Royals norteamericano, y el de la jugadora del Barça Mariona Caldentey, que después de diez temporadas en dicho club ha fichado por el Arsenal inglés.
Este también ha sido el caso de nuestro RC Deportivo, que en 2016 firmó un primer convenio con el Orzán SD para crear un equipo femenino que en un par de temporadas logró aquel ascenso a la Primera División. Este año, de vuelta a la máxima categoría, ha renovado dicho convenio por varias temporadas y ha incorporado también jugadoras extranjeras con gran experiencia en nuestra liga.
Al mismo tiempo, la presencia de aficionados en los partidos de la Liga F y de la Primera Federación se ha ido incrementando considerablemente. Las buenas entradas de Abegondo y Riazor han ayudado también al Deportivo Abanca a conseguir el ascenso esta temporada.
Lo mismo sucede con la selección femenina española, flamante campeona del mundo y de la Nations League. Nuestra selección, después de un período de confusión por las demandas de sus jugadoras, han emprendido una nueva etapa de la mano de Montse Tomé, en la que sus encuentros se cuentan casi siempre por victorias. Clasificadas ya para para la Eurocopa del año próximo y para los Juegos Olímpicos de París de este verano, se presentaron en A Coruña para disputar el último partido de la serie clasificatoria para el torneo continental. La RFEF, la Diputación, el Ayuntamiento y el propio Deportivo organizaron este partido como una auténtica fiesta del fútbol femenino, aprovechando la ocasión para recordar a aquel equipo coruñés de los años setenta, el Karbo CF, y a sus jugadoras, que fueron pioneras del fútbol femenino español.
A los paneles de los Cantones se añadió la instalación de una ‘fan zone’ en la explanada del estadio que durante el fin de semana ofrecía actividades para todas las edades, desde los ‘photocall’, ‘chutómetro’ y ‘futbolín’, hasta encuentros de los mas jóvenes con ‘influencers’ y entrega de regalos.
La selección había despertado gran interés en la ciudad, máxime cuando se anunció la relación de convocadas entre las que se encontraba Patri Guijarro, que ha vuelto al grupo después de dos años y que ya participó en el partido de la semana pasada contra la República Checa. A ella se añaden la mayoría de las campeonas del mundo, entre las que se encuentran la portera canaria Misa, la defensa asturiana María Méndez, la medio centro pontevedresa Teresa Abelleira y la delantera cántabra Athenea Del Castillo, las cuatro con pasado deportivista.
Riazor ofreció una magnífica entrada, con 16.650 espectadores, superando el récord de asistencia logrado contra Azerbaiyán en 2019. Tarde soleada y con buena temperatura, y gran afluencia de gente joven, mayoritariamente femenina, dispuesta a animar en todo momento. Las reseñas del partido ya han sido expuestas en este diario, solamente resaltar el gol de Tere Abelleira, que fue como la guinda del pastel. ¡Al fútbol femenino ya no hay quien lo pare!