Al Real Club Deportivo le quedan noventa minutos, algo más si la final del domingo en Castalia se va a la prórroga, para terminar una de las temporadas más exitosas de los últimos años.
Tras lo vivido este curso, son muchos a los que le da algo de pena que termine, y más en el momento actual en el que está el equipo al demostrar partido a partido encontrarse con ambición y una gran forma de llegar a lo más alto.
Ambición y forma, entre otras más, serán piedras angulares en las que se sustente el nuevo proyecto del RCD en su regreso al fútbol profesional. Los cimientos están puestos y ahora toca sentarse y valorar lo que se precisa para recuperar las virtudes de antaño y devolver a la entidad a donde le corresponde. Experiencias pretéritas evidencian que algunas propuestas no son las adecuadas, por lo que habrá que hilar muy fino para sopesar los diferentes aspectos de unas y otras para escoger las idóneas.
Pero antes de ello este fin de semana habrá un último encuentro para disfrutar y, ojalá, llevar un nuevo trofeo a la vitrina blanquiazul.