Un memorable gag de un programa de Euskal Telebista describía en el verano de 2008 lo que allí sucedía entre una amplio sector de la población menor de 30 años, que de pronto se había aficionado a La Roja. “¡Con lo que vasco que tú eras!”, lamentaba una amatxo de manual indignada por la deriva de su hijo. El fútbol tiene potencial como para desplazar cualquier estereotipado escrúpulo. Aunque siempre hay quien alberga espurias motivaciones para quitarnos la pelota. Este domingo en varios puntos de la provincia se montaron pantallas gigantes para seguir la final de la Eurocopa en la calle. En Santiago estuvo a punto de no hacerse. La alcaldesa nacionalista Goretti Sanmartín se negaba a ofrecer ese servicio a sus ciudadanos. Al final tuvo que acudir la Diputación al rescate.