En su estreno en la denominada Segunda Federación, el Fabril consiguió un punto que bien pudieron ser tres si el árbitro Aranda Bujedo no fuese tan casero. Aunque empezó con el marcador en contra por un córner mal defendido, Jairo y Mati dieron la vuelta al marcador. El Avilés, uno de los candidatos al ascenso, empató tras un penalti muy dudoso.

El primer gol encajado por el Fabril esta temporada fue en una acción a balón parado, concretamente en un córner desde la derecha del ataque del Avilés ejecutado por un diestro –Espina– buscando el segundo palo. La pelota fue directamente a la zona de Alorda, que tenía cerca a Iano y a Thymos. Sorprendentemente, en vez de atacar el balón, se separaron del atacante del Avilés, que marcó con el interior de su pie derecho a la altura de la rodilla. Un regalo demasiado barato.

El empate pudo llegar en una arrancada de Diego Gómez por dentro en la que fijó a uno de los centrales del Avilés para soltar hacia su izquierda para Martín que, sin controlar, soltó un zurdazo imposible para Álvaro Fernández. El asistente estaba con la bandera levantada y el árbitro invalidó la acción.

La igualada llegó a escasos dos minutos del 45. Diego Gómez, que actuó en el extremo izquierdo, eliminó con demasiada facilidad a su par, el lateral derecho Trabanco, en la última zona del campo. Cuando los defensas del Avilés se posicionaron cerca de la portería para defender un posible centro lateral, Diego dio el pase atrás para Jairo, que recibió en el pico del área y, después de controlar con la diestra, remató con la zurda entre las piernas de Álvaro Fernández (1-1).

El partido se puso mejor todavía para el Fabril en el primer minuto de la segunda mitad. Martín Ochoa recibió por dentro, a la altura de la semiluna del área del Avilés y orientado hacia la banda derecha, donde estaba estático Diego Gómez. En cambio, el pase no fue para él sino para un Santamaría que apareció como un avión por un pasillo interior. El control del ex del Atlético no fue bueno pero le sirvió para adentrarse en el área rival y sacar un centro raso buscando el segundo palo, donde apareció el extremo Mati Castillo –su cambio por Thymos Caroutas (el único del partido hasta ese momento se produjo en el descanso– y marcar en el área pequeña, a placer, con el interior de su pie derecho. El Depor B estaba por delante (1-2) en el campo de uno de los ‘gallos’.

El choque pudo cambiar, en forma de expulsión, poco después. Martín Ochoa atacó la espalda de la defensa local y recibió un pase aéreo. El riojano, sénior de primer año, aprovechó el bote para tratar de superar a Álvaro Fernández, portero del Avilés, con un remate picado. El guardameta local estaba al límite entre el área y el espacio exterior. Cuando saltó para desviar la bola con las manos pisaba la línea del borde, pero cuando cayó después de impulsarse, sus botas estaban un metro fuera. Diego Gómez cazó el rechace después de que el árbitro no pitase nada pero su disparo salió por encima del marco.

Si esa jugada fue polémica, qué decir de la acción del empate del Real Avilés en el minuto 67. Davo arrancó desde la banda izquierda con potencia en una conducción desde fuera a dentro en diagonal. Primero superó a Santamaría y, a medida que se acercaba al área, se cruzaron en su camino Barba, que había entrado por Jairo en el 60, y Brais Val. Davo buscaba el contacto y lo encontró a escasos centímetros de la frontal, pero cayó dentro y el alicantino Aranda Bujedo picó. Penalti. Natalio fue el encargado de lanzarlo. Tiró a la izquierda de Ríos, que se había tirado hacia el otro lado.