El Bergantiños encadenó su cuarta jornada consecutiva sin ganar (dos derrotas y dos empates) con la igualada del pasado domingo en As Eiroas ante el Polvorín (0-0). Al equipo de Carballo, que cerrará el 2022 en zona de descenso a Tercera Federación, se le acumularon los obstáculos y, a pesar de mostrarse irreconocible e incómodo durante la mayor parte del encuentro, sumó al menos un punto ante un rival directo.
Las inclemencias meteorológicas fueron el primer contratiempo para el Bergantiños, y también para el Polvorín. El fuerte viento condicionó el partido en As Eiroas y el equipo de Carballo no supo sacar provecho del mismo, al contrario que su rival, ni cuando sopló a su favor en la segunda mitad.
El segundo obstáculo con el que tuvo que lidiar el Bergantiños fue con el escaso hábito de no tener el control del balón. El Polvorín se hizo con el cuero durante la mayor parte del derbi y, por tanto, al equipo de Lemos le tocó interpretar un papel que suelen hacer sus rivales.
En tercer lugar, el cambio de sistema efectuado por Lemos en el descanso tampoco cambió el guion del partido. El técnico pasó de una defensa de tres centrales (1-5-3-2) a un 1-4-2-3-1 con extremos. La modificación y el viento a favor le permitió dar un paso adelante y presionar mejor, pero el Bergan continuó sin encontrar la fluidez y claridad necesaria. Aun así, en un partido incómodo, logró sumar un punto.
Por último, Lemos reconoció tras el partido que las bajas y las molestias de varios jugadores habían lastrado sus opciones, sobre todo en cuanto a número de efectivos, y aseguró que no lo dijo en la rueda de prensa previa al partido para no dar pistas. El cuarto contratiempo (o el primero) para un Bergan que en 2023 debe encontrar la fórmula para solventar este tipo de dificultades.
