Empezaron la misma temporada, la 2017-18, como entrenadores de club que se hacían cargo del equipo de su ciudad, cumpliendo un sueño. Y ocho años después ahí siguen como los veteranos de los banquillos de la OK Liga, por edad y por experiencia, tanto Juan Copa (A Coruña, 1970) como Jordi García (Reus, 1973), con sus altos y sus bajos, sus títulos, su indiscutible pasión por su trabajo y volviéndose a ver las caras en las semifinales del playoff que empieza mañana en el Palacio de los Deportes de Riazor (20.30 horas). Dos estilos. Dos maneras de ver y entender el hockey. Y un desempate pendiente con 12 victorias, 3 empates y 12 derrotas para cada uno en los 27 enfrentamientos previos, los últimos cinco, tres este año y dos el anterior, favorables para el catalán. El duelo estará en la pista, pero también detrás de la valla desde donde ambos intentarán con sus pizarras y sus arengas desactivar las armas del rival.

Copa es tres años mayor que García, pero ya coincidieron jugando en categorías inferiores, con el coruñés en las filas del Dominicos. “Me acuerdo de que llevaba gafas”, dice. Después sus trayectorias se separaron ya que uno hizo labores más de formación, incluso desde dentro de la pista, mientras que el otro se labró una carrera deportiva en el Reus destacando precisamente por su inspiración en los duelos contra el Liceo, siendo con 19 tantos el segundo máximo goleador de los rojinegros en los partidos contra los coruñeses (Raúl Marín es el primero con 27). “Era un medio llegador”, le recuerda Copa.

Quiso el destino que años después los dos se hiciesen cargo de los equipos de su ciudad, dos de los clásicos del hockey español, la misma temporada que también accedía al Barça Edu Castro, que se marchó el verano pasado para el Benfica. “Lo comentamos en la Supercopa de España cuando nos vimos, a principio de temporada, que Edu nos había dejado solos como los más veteranos”, reconoce el entrenador del Liceo, que aunque hay empate en sus duelos particulares, domina la comparativa general con cuatro títulos por dos de su homólogo y casi 50 victorias más (221 por 175), también con un mayor número de partidos (331 a 313).

Historia verdiblanca

A principios de este curso Juan Copa se convirtió en el segundo entrenador que más partidos ha dirigido al Liceo superando a una leyenda como Andrés Caramés y quedándose solo por detrás de otro mito como Carlos Gil. En el medio del asturiano y del argentino, el coruñés se ha hecho con su lugar en la historia y no solo por la cantidad, sino por la calidad, ya que ha levantado cuatro títulos (Liga, Copa y dos Supercopas de España), pero también llegado a unas cuantas finales. El martes mismo recordaba, después de la victoria contra el Lleida, que ya son cuatro años, pleno desde la instauración del playoff, que los verdiblancos llegan a las semifinales. Y es algo que solo pueden decir ellos y el Barça.

Sus números son de oro. 221 victorias en 331 partidos repartidas en 186 en la OK Liga (19 de ellas en playoff); 10 en la Copa del Rey, 5 en la Supercopa (la única competición en la que tiene balance negativo) y 17 en Europa, además de otras 3 en la Golden Cup. Añade a estas estadísticas 27 empates y 83 derrotas. Pero lo que no pueden explicar las cifras es el sello inconfundible que desde su llegada imprimió a un equipo que si ya de por sí se caracterizaba por su competitividad, sumó carácter y arraigo, orgullo bravú y rabudo.

Jordi García, que como jugador levantó una CERS en 2010 (también Copa estaba vestido de corto en la del Liceo de 1999), como entrenador conquistó la Supercopa de España en la temporada 2019-20 y la Copa del Rey de este mismo año en el que seguramente vive uno de sus mejores momentos. Este curso ya es el segundo que ha conseguido más victorias, con 25, solo por detrás del primero, que sumó 29. Y le llega precisamente después del peor en cuanto a números (16 victorias, 6 empates y 18 derrotas en la temporada 2023-24), pero en el que seguramente estaba colocando los cimientos de lo que hoy es el equipo que mejor juega al cuatro para cuatro. La importancia de la confianza y la paciencia.

Entre los dos suelen jugar al gato y al ratón. Uno tira, el otro esconde. Uno cambia y mueve pieza, el otro contrataca. También se han infligido algunas de sus derrotas más dolorosas y de las que más han aprendido. Lo fue la eliminación liceísta en los cuartos de la Champions de 2018 después del 4-1 de la ida. O la final del playoff que se llevaron los coruñeses por la vía rápida en 2022 ante un conjunto rojinegro que sacaba pecho tras eliminar al Barça. Los últimos cinco duelos han sonreído, y claramente, a García, llevándose a su terreno los partidos. Pero la igualdad es máxima. Mañana, desempate.