Se gusta. Se recrea. Y golea. El Liceo se despidió del Palacio de los Deportes de Riazor hasta 2025 con una victoria contra el Caldes, al que se impuso por 7-2 en una segunda parte arrolladora y con todos los jugadores desatados, en especial los koruños, que marcaron los cuatro. Quinto triunfo seguido en liga que afianza a los de Juan Copa en la tercera plaza y les clasifica para la Copa del Rey a falta de tres fechas para el ecuador de la competición. Para acabar 2024 le queda el importante viaje a Portugal para medirse al Valongo el jueves, partido clave en la Champions, y la visita el domingo a Vilafranca.
El Liceo sorprendió de salida. No solo por la intensidad con la que entró, vigorizado por la presencia del capitán, que regresaba con el equipo después de su intermitencia en las últimos partidos. También por su indumentaria, de blanco de arriba a abajo, sin verde en sus prendas, camiseta, pantalón y medias blancas, como cuando Facundo Salinas levantó la Copa de Europa en el Palacio de los Deportes de Riazor para los verdiblancos en 2003. ¿Casualidad?
La ofensiva era clara. Presión muy alta y una ocasión tras otra. César Carballeira tuvo un uno contra uno que desvió el portero. Sin respiro, estrelló la bola contra el palo prácticamente desde el centro de la pista. También dejó su sello Nil Cervera, desplegando todo su abanico de recursos técnicos. Como también fue un nuevo rol la posición de Dava Torres. Bien para protegerlo por sus problemas físicos, bien como estrategia, se protegió dentro del área.
Vuelta a los orígenes. A los del Dava quinceañero que peleaba de palomero en el Cerceda. Y esto es como andar en bicicleta, que por muchos años que pasen nunca se olvida. El capitán recibió en el área, se dio la vuelta y aunque no le salió a la primera, siguió peleando para a la segunda, meter el stick lo necesario como para marcar el 1-0 y explotar de euforia contenida, ya no solo por perderse los últimos partidos, también porque el ritmo goleador del inicio de la temporada no era el que acostumbraba. “Confío en que no me he olvidado en cómo se hace esto”, decía en una entrevista en dxt campeón, cuando superaba precisamente a Facundo Salinas en la lista histórico de goleadores del Liceo.
Juan Copa completó la rotación y no bajó el nivel con la segunda unidad en pista (uno de los grandes problemas de la temporada pasada). Seguían llegando ocasiones. Pero los coruñeses recibieron de su propia medicina. El Caldes también sabe correr, jugar a la contra. Lo hizo cada vez que tuvo la ocasión. En una de ellas, llegó el gol de Marc González (1-1).
Tocaba volver a empezar, pero no tardó el Liceo en reiniciar la cuenta. Porque ya están todos desatados, también el más pequeño. Jacobo Copa no se lo pensó. Encontró el camino, una autopista por el centro. Con un giro de patín cambió de dirección y desde tres cuartos de pista chutó sin miramientos. Directo a las redes. Con su espontaneidad habitual se fue a celebrarlo con el banquillo, con los capitanes que le enseñan el camino, mientras sus compañeros le esperaban para celebrarlo.
El Caldes se tenía reservado otro zarpazo letal antes del descanso. Otra transición relámpago. Robaron la bola a Tato Ferruccio contra la valla de detrás de su portería y volaron. Tres pases, con asistencia de Marcos Blaqué al goleador David Gelmà, que llegó más rápido que nadie al segundo palo. Martí Serra estaba sin su casco, que se había roto en la jugada anterior, quizás incómodo por el cambio (de las rejas a la pantalla de plástico), pero la ejecución fue inmejorable. Tocaba irse a vestuarios con empate y con una discusión entre Dava Torres y el entrenador catalán Eduard Candami.
Seguían hablando los dos cuando se retomó un segundo tiempo en el que el Liceo mostró su versión más arrolladora de la temporada. Bruno Saavedra se encargó de poner a los suyos por delante, esta vez para no perder ya la ventaja en lo que quedaba de partido. El santiagués estará seguramente en los highlights de la jornada. Menudo golazo. Con decisión, como siempre, verticalidad en estado puro y definición de genio.
El cuarto fue para el capitán, esta vez con un disparo de esos que quita las telarañas de las escuadras de las porterías. Se fue a descansar. Pero tuvo que volver al momento. Una azul a Tato Ferruccio (que ya no regresó a pista) le hizo volver a ponerse los guantes y salir para defender el resultado. Porque Marc González tiró demasiado cruzada la directa, fuera, y tocaban dos minutos en inferioridad.
Lo que podía haber sido un momento decisivo del partido, en contra, se volvió a favor. Con Nil Cervera, César Carballeira y Dava Torres, el Liceo bailó al Caldes. Casi jugó mejor con tres que con cuatro. Y con uno menos marcó la sentencia, con el tercer misil de la mañana, de César Carballeira, y provocó una azul a Adrià Ballart, y Arnau Xaus anotó el sexto de directa.
El partido estaba sentenciado. Al encajar, se recuperó el cuatro para cuatro y el equipo catalán apretó, necesitaba marcar con urgencia si quería creer en el milagro que parecía la remontada. Martí Serra puso entonces su contribución al amplio resultado, aguantando bien el arreón de los visitantes. Y ya en la recta final, Arnau Xaus completó el marcador con el séptimo, gustándose, como se sigue gustando el Liceo.
Liceo 7 - 2 Caldes |
Liceo: Martí Serra, César Carballeira, Nil Cervera, David Torres y Tato Ferruccio -cinco inicial-. Arnau Xaus, Fabrizio Ciocale, Bruno Saavedra y Jacobo Copa.
|
Caldes: Arnau Martínez, Xavier Gurri, David Gelmà, Biel Pujadas y Adrià Ballart -cinco inicial-. Marc González, Lluc Vila y David Blanqué.
|
Goles: 1-0, min.7: Dava Torres. 1-1, min.14: Marc González. 2-1, min.15: Jacobo Copa. 2-2, min.20: David Gelmà. 3-2, min27: Bruno Saavedra. 4-2, min.31: Dava Torres. 5-2, min.36: César Carballeira. 6-2, min.37: Arnau Xaus, de falta directa. 7-2, min.47: Arnau Xaus.
|
Árbitros: Rubén Fernández y David Calonge. Mostraron cartulina azul a Tato Ferruccio y Adrià Ballart.
|
Incidencias: Décima jornada de la OK Liga disputada en el Palacio de los Deportes de Riazor ante 1.000 espectadores.
|