Leyma Coruña | Dos escalones más abajo
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Leyma Coruña | Dos escalones más abajo

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El Leyma dejó la escapar la oportunidad de jugar los playoffs con la ventaja de campo y también falló en el objetivo, al perder en la última jornada en Almansa, de evitar en cuartos de final al Girona | patricia g. fraga

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El Leyma Basquet Coruña cerró con un insuficiente aprobado raspado una temporada que el pasado verano apuntaba mucho más arriba que a la ronda inicial de los playoffs. Un nuevo modelo de Sergio García que no funcionó al nivel de los dos anteriores, y que ha acabado con su salida del club herculino.

El curso arrancó con dos derrotas (en Cáceres y ante el Real Valladolid) más o menos previsibles por la falta de acoplamiento –nueve jugadores nuevos– y la baja de Diagne.

En la tercera jornada, triunfo (79-88) en la pista del posterior campeón, el Granada, punto de partida de la mejor fase del curso: cinco victorias más de manera consecutiva, con un juego tan atractivo como efectivo. El balón circulando a gran velocidad, muchos pases, escasas acciones individuales. Y Nick Ward coleccionando MVP’s semanales.



‘Bestia negra’


La racha la truncó la ‘bestia negra’ histórica, el Oviedo, que se paseó en Riazor (61-83) ante un equipo que no se pareció en nada al del mes anterior. En principio fue solo un mal día, porque el rendimiento siguió siendo óptimo en casa (tres éxitos encadenados) y decente fuera: derrotas dentro de la lógica en Lleida (84-83) y ante el Estudiantes (88-80), tras plantar cara al equipo colegial durante tres cuartos y medio, y victoria (80-85) en Castellón. Sin embargo, en medio hubo un tropiezo alarmante, por 89-82 en la cancha del Iraurgi, entonces en la penúltima plaza de la clasificación.

La fuerte derrota en Riazor contra el Almansa (79-95) la compensó el plantel de Sergio García en Valladolid, donde firmó una de las mejores actuaciones de la temporada (78-100). Un partidazo que no solo no tuvo continuidad, sino que dio paso al momento más oscuro del curso.

La crisis empezó en el Palacio ante el Granada, un duelo donde lo peor no fue el 77-85. En la última jugada del partido, Ashley Hamilton hizo un violento mate, y al aterrizar se echó la mano al muslo derecho. La lesión le tuvo seis partidos fuera, todos ellos en un extenuante mes de marzo, en el que, a causa de los aplazamientos de partidos por la pandemia, los naranjas –que llegaron a tener cinco contagiados al mismo tiempo– tuvieron que saltar al parquet en seis ocasiones, las mismas que en febrero.

Sea por fatiga o por la influencia de la baja del ala-pívot inglés, el Leyma encadenó una serie de malos resultados que le fueron alejando de la batalla por las plazas, de la segunda a la quinta, que dan la ventaja de campo en cuartos de final de los playoffs.

Derrotas, en Palma (penúltimo clasificado), en la pista del Gipuzkoa (62-49), ante el Girona (72-96), en Palencia (80-67) y la inevitable en Oviedo (67-60), fase donde los de Sergio García bajaron drásticamente su nivel de anotación, faceta en la que durante todo el curso se movieron en el top-3; de hecho, antes de esta nefasta racha lideraban el ránking.



Desgracias


Y, como las desgracias nunca vienen solas, el Leyma se dejó en ese tramo dos averajes particulares (Palencia y Girona) que tenía prácticamente en la mano, y en el choque en la cancha del equipo castellano perdió a Alex Hernández. El base murciano se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, una lesión que, obviamente, acabó con su temporada. En el duelo ante el Girona, cayó Zach Monaghan. El mago de Palatine sufrió una extraña lesión muscular que le impidió jugar los últimos 9 partidos de la regular y le hizo llegar a la postemporada muy lejos de su mejor forma.

Con el puesto de ‘1’ bajo mínimos, Mo Soluade dio un paso adelante y firmó un fantástico tramo final, donde el Leyma trituró al tercer clasificado final, el Lleida (88-63), y al segundo, el Estudiantes (88-63), ganó con autoridad en Melilla (72-80) y Alicante (66-79) y con algunos apuros al Iraurgi (95-87).

El problema es que los demás rivales en la lucha por la ventaja de campo en los playoffs tampoco cedían. Tan apretado estaba el tema que la derrota (83-79) en la cancha del Prat, que llegaba a la antepenúltima jornada como antepenúltimo de la tabla, condenó casi definitivamente a los naranjas a afrontar el cruce de cuartos de final con desventaja.

Y entró en juego la Ley de Murphy: “Si algo malo puede pasar, pasará”. Derrota (78-74) en la fecha final ante un Almansa que necesitaba ganar para salvarse. La victoria del Leyma, unida a la derrota del Oviedo ante el Estudiantes, habría situado a los de Sergio García en la sexta posición, emparejándolos con el Palencia en vez de con el enemigo que nadie quería, el Basquet Girona.

Tres partidos bastaron para confirmar que el equipo fundado, presidido y –desde principios de diciembre pasado– liderado en la cancha por Marc Gasol es un clarísimo candidato a subir a la ACB.



Inferioridad


El Leyma compitió en los últimos cinco minutos del primer capítulo (74-66), fue abatido a triples (10 de 13 en la primera mitad) y acabó dejándose llevar en el segundo (92-62) y se hundió en el último periodo (19-29) del tercero y la postre último de la serie (76-85).

Un final precipitado para una campaña de la que se esperaba mucho más después de haber rozado un año antes la final. Un epílogo que supuso también el del periplo coruñes de Sergio García. Bajo su batuta, el equipo marchaba tercero cuando se abortó, por la pandemia, el curso 19/20, y finalizó tercero en la clasificación final de la pasada campaña. La que acabó el pasado viernes fue la peor de las tres. 

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