La Catedral vuelve a abrir sus puertas
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La Catedral vuelve a abrir sus puertas

Nace el Club Salesianos Coruña, con actividad en fútbol sala, baloncesto y tenis de mesa - El objetivo es formar en valores
La Catedral vuelve a abrir sus puertas
Familia de Salesianos | Carlota Blanco

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Es domingo y un grupo de niños vestidos de rojo se agolpa a la entrada del pabellón de Salesianos, todavía cerrado. “¡Severino!”, gritan. Llaman al mítico guardián de las puertas de la Catedral, como es conocida la pista del colegio que desde esta temporada vuelve a tener actividad federada (la de las pachangas nunca se había perdido) con la creación del Club Salesianos Coruña. Una nueva era en la que se continúa con la tradición de fútbol sala, baloncesto y tenis de mesa y con los valores de siempre: Compañerismo y respeto por encima de la competición.


“Llevabais varios años pensando en volver, ¿no?”, le pregunta Severino al presidente del club. “A mí, como sabían de mi relación con el deporte y de mi anterior etapa en el Calvo Sotelo, no paraban de pedírmelo los padres. Menos mal que llegó este hombre y lo movilizó todo porque los niños del colegio se nos marchaban a otros clubes”. Severino Pérez, religioso de la casa salesiana, que lleva casi sesenta años vinculado al deporte en la ciudad y que es vocal del nuevo club, se refiere a Manuel Pernas, que fue la persona que se encargó de liderar el proyecto deportivo que arrancó esta temporada con cinco equipos de fútbol sala (uno sénior y dos benjamines y prebenjamines) y cuatro de baloncesto (uno de Copa Colegial, dos de preminibásquet y uno de minibásquet).


“Cuando llegué veía que había actividad, porque la llevaban otros clubes y que el pabellón siempre estaba lleno y me preguntaba por qué no había un club propio”, explica. “Me contaron que hubo intentos de retomarlo unos años antes. Entonces lo que hice fue convocar a una reunión abierta a toda la gente interesada en deporte. De ahí salió la primera idea de fundar un club y convocamos una segunda reunión. Esto ya fue en junio de 2023 y ya llevé un borrador de estatutos adaptado a nuestro carácter peculiar salesiano y decidimos empezar, pero como era muy precipitado hacerlo en septiembre, nos dimos un curso entero de reflexión y de ir viendo. Y ya este fue la vorágine”, comenta sobre el germen del nacimiento del nuevo club. 

 

Pasado glorioso


No partían estrictamente de cero. Primero por la enorme tradición. “A final de este año se cumplen los 65 años de la creación del Bosco y estamos buscando una manera de celebrar nuestros orígenes”, recuerda sobre el equipo que nació en su sede y que fue el antecesor del Leyma Básquet Coruña como el primero de la ciudad que jugó en la máxima categoría masculina del baloncesto nacional. Y después está el pasado en el fútbol sala. No hay persona que haya jugado a este disciplina en la ciudad que no haya pasado por la Catedral en ligas y actos organizados por los antiguos alumnos. 


“Había un ambiente tremendo. La grada estaba llena totalmente. Los mejores equipos, como el Chaston, pasaron por aquí, y también algunos jugadores buenísimos, como alguno del Deportivo. Después esto decayó un poco. Algunos de los que movilizaban todo esto fueron jubilándose y alguno incluso falleció. Hasta llegó a extinguirse, aunque siguieron las ligas internas que organizaba Vicente”, pone Severino como ejemplo. 


Pernas también quiere agradecer la labor del 5 Coruña y del Básquet Coruña, que gestionaron las extraescolares del colegio los cursos anteriores, permitiendo que los niños pudieran competir en ligas federadas incluso bajo el nombre de Salesianos. “Se portaron muy bien y entendieron que no era una ruptura de relaciones, simplemente era que queríamos empezar nosotros con algo propio”,  comenta.

 

Trámites y papeleo


El pasado estaba ahí, pero no fue fácil traerlo al presente. “De los que estamos en la junta, salvo Severino, ninguno teníamos experiencia”, dice Pernas. “Yo nunca había hecho la gestión que implica todo esto y que es un caos enorme. Porque hay un montón de papeleo, cada federación funciona distinta, y todo delante del ordenador”, reconoce. “Y después está el tema de los entrenadores. Queríamos que fueran del estilo salesiano y en fútbol sala sí que son todos antiguos alumnos, pero en baloncesto no lo conseguimos y tres semanas antes de empezar no teníamos claro quién iba a entrenar y llegamos a un acuerdo con el Básquet Coruña. Para mí eso fue lo más tenso”, añade.


Y la pista, aunque conocida ya en todas las federaciones (todos los que la visitaron en verano contaban sus propias batallas embargados por la nostalgia), necesitó algunos ajustes para cumplir con la normativa actual y ser homologada. “En junio empezamos las negociaciones con las dos federaciones que vinieron a verla y nos dijeron qué líneas había que pintar, cómo tenía que ser y después ya ejecutarlo. Ahí tuvimos un inconveniente y tenemos homologada la de minibásket y la de fútbol sala y estamos pendientes de ver cómo hacer para homologar la de básquet grande, no para categorías superiores, pero sí para que un infantil pueda jugar aquí”, indica el presidente. 

 

Formación en valores


Porque la idea es seguir creciendo y que esto no sea cosa de una temporada, ni siquiera un proyecto vinculado al grupo de trabajo actual, sino que incluya y abarque a toda la familia salesiana. “No quería que fuera algo del Ampa, de antiguos alumnos, o solo el colegio o solo el centro juvenil, sino que sea algo de todos”, comenta. Porque al final, el carácter de la casa es inherente también a un club para el que lo fundamental es la formación, ante todo, en valores.


“La competición forma parte del deporte federado, pero no es nuestra prioridad, que es formar en valores a los chicos, con los valores Salesianos”, confirma. Una de las directrices, por ejemplo, es no hacer equipos A y B sino todos los niños mezclados. “Lo mejor es dividir por cursos, pero en algunos casos no pudimos y lo que no queríamos era un equipo al que fueran los buenísimos y otro al que parece que les dice a los niños ‘vosotros sois los malos’”, apunta. 


El deporte forma parte de la educación integral de la infancia y eso lo tienen muy presente. “El deporte es salud. Después a nivel mental es muy liberador. Genera equipo, por lo que es una escuela de cómo relacionarse con los demás. Y exige disciplina porque hay que entrenar para poder ir al partido”, concluye Pernas, que aún le ve un beneficio más: “Nos permite llegar a chavales que igual desde otros brazos de la casa, como en el centro juvenil, no se van a dejar ayudar”. 

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