El Leyma tritura al Estudiantes en dos actos (114-88)

El Leyma Basquet Coruña vistió sus mejores galas en la fiesta más lujosa posible y acabó triturando (114-88) a un Estudiantes al que borró de la pista en el primer cuarto y en el último, y al que ahora aventaja en dos victorias, además de ganarle el averaje particular.

El mejor inicio soñado posible se quedó algo corto ante el vendaval naranja desatado en los cinco minutos iniciales. Con Aris y Huskic dirigiendo y mandado, Lundqvist atacando y perforando el aro como si no hubiera mañana y todos conectando bombas incendiarias desde larga distancia, el técnico visitante, Pedro Rivero, tuvo que sacar el paraguas en forma de tiempo muerto.

BUFÓN
Pedro Rivero enfiló los vestuarios antes de tiempo al recibir 3 técnicas

El 21-9 no era para menos. Tampoco el 4 de 5 en triples de los de Diego Epifanio, cómodos en un ritmo supersónico, que el equipo colegial no pudo frenar. Si lo hizo, de momento parcialmente, un trío arbitral de criterio dispar a la hora de sancionar los contactos en depende qué mitad del campo.

Las primeras protestas –cuando al Estudiantes lo castigaron con su primer falta el Leyma ya acumulaba cinco– dieron paso a otro tipo de ruido, el de 5 cañonazos seguidos desde el arco, tres de ellos locales (firmarían un tremendo 8 de 13 en este cuarto), para mantener la renta en la docena, a la que Jakovics le añadió tres puntos desde los 4.60 metros (38-23).

Carrera se echó al Estu a la espalda en el inicio del segundo. Y los colegiados se echaron encima –un poco más– a una afición local en cabreo creciente. Epi paró el partido a los 41 segundos (38-28).

Presión alta, alta presión

La presión alta hacía daño al Leyma, al igual que la defensa de Ferrando a Jakovics y la mejor circulación de balón de los de Rivero. Varias faltitas enervaron todavía más al repleto graderío de Riazor. Los locales empezaron a contagiarse de las protestas, mientras el cuadro madrileño seguía descontando, aunque en ningún momento se colocó a menos de dos canastas. Un triple de Burjanadze dio aire a los naranjas en el peor momento (57-50). Con el mismo margen llegó el descanso (59-52).

A la vuelta de vestuarios, el Estudiantes buscón descaro a Larsen. El pívot danés se alejó del aro, Huskic no llegó y empezaron a caer puntos azules desde la linea de libres, pero de dos en dos. El triple de Aris no bastó para equilibrar el arranque del cuadro visitante, que con un triple de Wintering se acercó más que nunca (64-62)desde el primer minuto.

El tiempo muerto de Epi era obligado. Y así lo hizo. Mientras, el mosqueo del respetable no bajaba. La causa, en este cuarto, varios 2+1 concedidos al equipo colegial, una de sus principales vías de anotación durante los tres primeros periodos, prácticamente su soporte vital. Uno de Larsem estrechó el cerco (68-67).

Pero la remontada no es tal hasta que no sumas un punto más que el rival. Y eso sólo sucedería con el 0-1 inicial.

El Leyma aguantó, con cabeza y oficio, el hachazo más duro de su enemigo. Y guardó batería para el episodio final, al que entró con 75-70.

Y con un el pie derecho.Parcial de salida de 6-0, que obligó a un Rivero muy nervioso y protestó a parar el juego cuando sólo iban 37 segundos. Burjanadze hizo malo el parón rival con un triple (84-72). Y la enésima protesta del técnico visitante, tras una falta a Jakovics, derivó en 4 libres convertios por el letón.

Desatados

Otra canasta de un desatado Burjanadze, seguida de una falta forzada en ataque, la quinta de Carrera, hicieron explotar a un todavía más desatado Rivero. Segunda tecnica, por protestar, y tercera por entrar en la pista y enacararse con uno de los árbitros. Tres libres de Jakovics para matar el partido (97-78), todavía con más de 4 minutos por delante.

Tiempo más que suficiente para que los naranjas alcanzasen su séptima centena del curso, además de la segunda anotación más alta de su historia. Una festival de baloncesto y de puntos que tuvo continuidad en la cancha a la finalización del choque, con una fición entregada y que cada día sueña un poquito más con ver a su equipo en la máxima categoría.

La racha de 12 victorias consecutivas y la situación en que quedan los de Epi respecto a los otros pesos pesados de la LEB Oro no son para menos. Pero como decía el inolvidable sr. Lobo de la imprescindible ‘Pulp Fiction’, “No empecemos a (...) antes de tiempo”.