Silvia Mérida Ramírez (14 de enero de 1998; Benalmádena, Málaga) jugó en el equipo masculino de su ciudad hasta edad Cadete. Y ese último año que jugó con chicos se proclamó subcampeona del mundo sub-17 con la selección española. La central del Depor Abanca defiende los equipos mixtos en el fútbol base y sueña con volver a LaLiga Iberdrola vestida de blanquiazul. Echa de menos su casa y la Costa del Sol, pero se conforma con ver la playa cada día.
¿Cuáles son tus primeros recuerdos con un balón?
Tenía tres años y medio cuando mi madre me metió en el Atlético Benamiel. Jugué hasta mi último año Cadete en el equipo masculino y volvería a jugar con chicos porque me lo pasaba muy bien.
¿En qué te ha ayudado jugar tanto tiempo con chicos?
Al pasar del masculino al femenino se nota mucho en la fuerza, la velocidad y el ritmo de juego que coges con los chicos. Cuando las niñas pequeñas me preguntan, siempre les digo que aguanten en un masculino todo lo que puedan.
Vero Boquete se prepara para la liga estadounidense con los infantiles y cadetes del Celta, ¿hacéis algo parecido en el Deportivo?
Nosotras hemos jugado ya varias veces contra los cadetes del Depor y contra juveniles de otro club. Nos ayuda para afrontar los partidos más importantes de nuestra liga.
El del pasado domingo contra el Racing en Santander (0-3) era uno de los importantes.
Contamos cada partido que nos queda como una final y sabíamos que el Racing nos lo iba a poner muy complicado allí. El equipo estuvo acertado y creo que dimos una de nuestras mejores versiones. Marcamos un gol pronto, pero no nos podíamos fiar en ningún momento y tuvimos que mantener el ritmo y la concentración durante los 90 minutos.
Tres puntos de ventaja sobre el Oviedo y ocho partidos por delante, ¿es esta la temporada del título y el ascenso?
Primero hay que ganar la Liga, somos ambiciosas y no nos conformamos con ser segundas. Hay que disfrutar de este camino, somos conscientes de que lo podemos conseguir y tenemos que mantener esa mentalidad para lograr nuestro objetivo. Hacemos todo lo posible para ello, hay mucho trabajo detrás.
¿Cómo ha cambiado el equipo desde la pasada temporada?
Se nota un cambio grande. Hemos dado un salto con los fichajes, que nos aportan la experiencia que necesitábamos, y hay mucho mejor grupo.
¿Y cómo te ha cambiado la vida desde que llegaste al Depor hace año y medio?
Me ha cambiado la mentalidad y he cogido la confianza que había perdido años atrás. Al principio lo pasé mal por estar lejos de mi casa, pero ahora soy capaz de llevar una rutina: por las mañanas voy a clase –estudia un ciclo en Gestión Administrativa– y por las tardes, a entrenar.
¿Te da tiempo a disfrutar de la ciudad?
No tengo mucho tiempo, pero me he adaptado al clima y me gusta la ciudad porque hay playa, aunque el agua está muy fría. Voy a pasear con mis compañeras por el centro y suelo ir a ver al primer equipo a Riazor o al Fabril.
¿Cómo es tu relación con los jugadores del primer equipo masculino?
He coincidido con jugadores del primer equipo en varios actos y siempre han sido muy simpáticos y algunos nos siguen. Eneko Bóveda, por ejemplo, me pregunta cómo nos van las cosas cada vez que nos vemos.
¿Cómo es la convivencia con tus compañeras de equipo?
Comparto piso con Patri López (del filial), Érika y Maya. Es muy fácil porque cada una hace su vida y coincidimos poco, solo los fines de semana.
