El Deportivo Abanca ya sabe lo que se va a encontrar el domingo en Abegondo. Espera el Granadilla, un equipo de la clase media-alta que no ha empezado muy allá la temporada. En el reciente recuerdo de las blanquiazules está la goleada encajada ante el cuadro canario (1-5) en el Teresa Herrera
“Es un rival al que ya sufrimos, aquí precisamente. En ese sentido, la motivación no va a ser necesaria. Vamos a apelar al orgullo de las futbolistas que sienten este escudo. Saben que el Granadilla vino aquí y se llevo nuestra torre. Vamos a intentar recuperarla, aunque sea virtualmente”, declaró el técnico Manu Sánchez en la sala de prensa del estadio Abanca-Riazor, el mismo lugar donde se jugó aquel partido.
El entrenador coruñés recuerda la importancia del marcador y las sensaciones ante el cuarto clasificado de las dos últimas temporadas: “Fue un aviso fundamental para las jugadoras. Desde el cuerpo técnico y la dirección deportiva ya sabíamos que la gran diferencia de Segunda a Primera iba a estar en el plano físico. Nos estaba costando transmitirles esa distancia a las jugadoras y pienso que fue una bofetada de realidad para ellas. A partir de ahí, con el trabajo de Lucía (la preparadora física) y de otros trabajadores del club como Nacho y Nando, estamos reduciendo esa diferencia y debería de notarse el domingo”, detalla.
Una derrota en Sevilla y un empate en casa contra el Logroño parecen un escaso bagaje para el Granadilla en las dos primeras jornadas: “No ha tenido el arranque esperado. Con el cambio de entrenador hay nuevas rutinas de funcionamiento y un nuevo modelo de juego. Les costará un poco adaptarse y esperemos que tarde una semana más en arrancar”, desea Sánchez.
Un debut soñado
El Depor ha iniciado la temporada de manera inmejorable. Las victorias en casa contra el Espanyol (3-1) y a domicilio ante el Betis (1-4) le convierten en uno de los dos únicos equipos que suma seis puntos. “No creo que nadie soñase con algo así. Hemos superado todas las expectativas”, reconoce el técnico, que prefiere ser realista: “Siempre le digo a las chicas que no miro la clasificación, es algo anecdótico, pero para ellas es un orgullo y tienen que disfrutarlo”.
El buen momento del equipo se refleja en el día a día y en el estado anímico de la plantilla: “Hoy mismo (por ayer), Lucía les ha dado una buena paliza en el entrenamiento, pero ni así se les borra la sonrisa de la cara. Esa ilusión es nuestro mayor valor, sobre el trabajo y el indudable talento y las virtudes que las jugadoras han demostrado tener para esta categoría”, desvela Manu.
En un inicio soñado, el Depor ha llamado la atención por su estilo alegre de juego alegre: “Creo que sería un pecado por mi parte renunciar al balón y entrar en una batalla al cuerpo a cuerpo teniendo a futbolistas con el talento de Alba, Teresa, Kika... Esta es la manera que nos ha traído hasta aquí, ellas creen ciegamente en eso y no debemos traicionarnos”, razona el entrenador.
El efecto Abegondo
Ilusión, estilo y una madurez impropia de la edad media de la plantilla son las características de este equipo, pero Sánchez no se olvida del efecto Abegondo: “El día del Espanyol, más que su madurez, fue el apoyo de la gente. No olvidaré el momento del gol, tembló todo Abegondo y despertó la ilusión de las jugadoras”, recuerda, pensando ya en el duelo del próximo domingo, otra vez delante de su público.
“En Sevilla, el equipo creyó más en lo que es capaz de hacer: cambió el chip de la primera parte, donde ellas fueron superiores, sobre todo en el físico y en los balones por arriba, y en la segunda teníamos claro cuál era la idea”, analizó el técnico, que avisa sobre lo que está por venir: “Nos sorprende esa madurez y fortaleza mental, habrá que ver la capacidad de reacción que tienen cuando lleguen los malos resultados”.
Por ahora no llegan y el Depor Abanca sigue soñando. El domingo, tercer capítulo de su aventura en Primera Iberdrola. No se lo pierdan.
