Dani Rodríguez, entrenador del Montañeros, analiza su segundo partido al frente del equipo morado, en el que consiguió un empate a domicilio en Vista Alegre ante el Órdenes. Es el segundo encuentro consecutivo dejando la portería a cero.
El míster del conjunto morado señala que “pudimos haber ganado y lo merecimos, no tanto por desarrollo del juego pero sí por oportunidades claras con finalización. El Órdenes también tuvo muchas llegadas y rondó nuestra área porque fue un partido muy abierto, pero las ocasiones claras fueron nuestras. También reclamamos un par de acciones de penalti. No creo que haya sido una gran injusticia el 0-0, pero si hubiésemos tenido más calma en la última fase del ataque, deberíamos haber ganado”, comenta.
Lejos de ser un partido cerrado, el encuentro del pasado domingo en Vista Alegre permitió generar ocasiones a los dos equipos. “Vi un Órdenes muy necesitado de la victoria que nos dejó muchas opciones claras para transitar y contraatacar pero no estuvimos finos en ese apartado y sin balón también dejamos muchas opciones de contra al Órdenes.
Esperaba un partido un poco más cerrado por nuestra parte y lo dejamos abierto. En la parte defensiva esperaba el partido con más control y en la ofensiva con mayor calma en la toma de decisiones. El partido no se desarrolló de la forma prevista al 100%”.
Su equipo
Sobre el rendimiento de su equipo ante el Órdenes, Dani hace una autocrítica constructiva. “Hay muchas ganas de hacer las cosas que proponemos pero nos falta rodaje en esas situaciones. Cometemos errores por precipitación, que tiene la lectura positiva de las intenciones y las ganas de hacer las cosas, pero tenemos que seguir trabajando para mejorar porque contra el Órdenes se nos escaparon dos puntos por no tener un poco más de calma y de cabeza fría”.
En cuanto al Órdenes, un rival directo en la lucha por la permanencia, “está muy necesitado de puntos y eso le hace arriesgar muchísimo, no tanto en el inicio y en la elaboración del juego pero sí en la organización, con muchos jugadores descolgados, buscando acumulación en la última línea para jugar sobre ellos y eso propicia muchas facilidades para que el rival contraataque. Lo que hacen tiene un riesgo y nosotros no supimos hacérselo pagar. Es un equipo que juega a pecho descubierto por los tres puntos”.
