Sergio García, entrenador del Basquet Coruña, tiene motivos para la peocupación, por las lesiones y los trámites burocráticos, pero también, a largo plazo, para el optimismo que genera un grupo deportivo de gran calidad.
El preparador vasco lamenta haber tenido que renunciar a participar en la que iba a ser su primera cita de la pretemporada, el torneo de Lisboa. “Era una oportunidad para la convivencia de un grupo con mucha gente nueva y para mejorar los automatismos en pista. Nos trastoca mucho una pretemporada ya de por sí complicada”. Y no hay alternativa, por lo que la nueva ‘marea naranja’ entrará en acción el próximo miércoles, contra el Vitoria de Guimaraes portugués.
Nueva duda
Un debut en el que García espera poder contar con Barro y Pecius –ambos punto de recibir el alta tras ser intervenidos quirúrgicamente en verano–, Thiam y Jakstas, lesionados muscularmente la pasada semana. Aunque, admite, tampoco tiene claro si ese partido podrá disputarse, tanto por la situación de su equipo como de los hipotéticos problemas que podría tener el rival para poder desplazarse a causa del delicado panorama sanitario.
Los que pinta a que no estarán son Monaghan y Blackwell, todavía en su país esperando el permiso pertinente para poder viajar a España.
“Todo esto nos retrasa mucho. Las pretemporadas tienen una programación muy clara, con todo a rajatabla. Y ahora tenemos que ir semana a semana”, subraya el técnico, quien también lamenta que, por mor de los protocolos sanitarios, “no tenemos la posibilidad de contar para los entrenamientos con jugadores de otros equipos del club”.
Respecto a la nueva LEB Oro, que arrancará el 16 de octubre, Sergio tiene claro que no le gusta el formato ideado por la FEB. “No me parece lo justo que ha sido siempre con liga regular y playoffs. No jugar contra todos es algo raro, incluso para el público, que se quedará sin ver a algunos de los equipos más fuertes. La primera fase reduce mucho el margen de error y además es una experiencia nueva, que no has vivido antes, y por lo tanto más complicada de gestionar. No sé si alguien te dirá que le gusta. Creo que la FEB no da a esta competición todo el valor que merece”, analiza el entrenador donostiarra.
Presión positva
La percepción general, tanto del aficionado como de la prensa, es que el Coruña cuenta con la mejor plantilla de su historia, algo que, admite García, si algún tipo de presión provoca es positiva. “Siempre hay presión, ya sea por intentar estar arriba o por intentar no caer al pozo. Pero la primera es mejor, más positiva que la segunda”, matiza el técnico.
A la hora de valorar su plantel, García aboga por “comparar su nivel con el del resto de la liga”, aunque comenta que “me gusta que la gente esté tan ilusionada con el equipo y con el esfuerzo del club por traer a jugadores como Zach Monaghan o Dago Peña”.
Una gente que no se sabe cuándo podrá ir a Riazor. “Ojalá que muy pronto”, desea Sergio García. “El deporte en general tiene sentido con público en las gradas. Que no haya, cambia las cosas. Solo he jugado amistosos a puerta cerrada, y aun sin haber nada en juego todo cambia mucho: la actitud de los jugadores y los entrenadores con los árbitros, las palabras que se dicen y cómo se dicen, los sonidos... Es todo muy diferente”, concluye el preparador del Basquet Coruña. l
