La enésima reconstrucción
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La enésima reconstrucción

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Por segundo año seguido el Basquet Coruña partirá casi de cero: ocho jugadores y entrenador nuevos, un borrón y cuenta (casi) nueva para intentar olvidar la accidentada y decepcionante campaña precedente y volver a mirar a la parte noble de la LEB Oro.

Atrás queda la pequeña etapa con Gustavo Aranzana al timón, dos campañas en las que afición, prensa y gentes del baloncesto no llegaron a saber muy bien a qué jugaba la ‘marea naranja’. La llegada de Sergio García aporta, sobre el papel, una concepción moderna, o cuando menos más actual que la obsoleta del veterano técnico pucelano. 

El donostiarra, bregado en el basket ‘de ahora’ como primer entrenador en Oro y como ayudante en ACB, tendrá que trabajar duro para ensamblar un plantel casi nuevo: del curso pasado solo permanecen Pablo Ferreiro, Carlos Martínez, Jeff Xavier y Mirza Bulic. Una tarea que exige tiempo, como demuestran los resultados de la pretemporada: cuatro derrotas y un solo triunfo, ante el Ourense en el Trofeo Teresa Herrera.

De todo un poco
Entre los nuevos hay de todo. Jugadores que ya conocen la LEB Oro (Gaizka Maiza y Mathieu Kamba), jugadores que ya conocen el club (Filip Djuran), jugadores que saltan dos categorías (Abdou Thiam), jugadores que saltan el charco para debutar en el baloncesto profesional (Anthony Green y Sean Smith, hijo del legendario internacional español Mike Smith) y jugadores con experiencia en varios países (Mike Di Nunno y el todavía no aterrizado Perris Blackwell).

A día de hoy es muy complicado saber hasta dónde podrá llegar este equipo, tanto por la cantidad de gente nueva desconocida –y que desconoce la competición– como porque Oro no perdona los despistes y/o los errores de cualquier índole, además de por desconocer, de momento, la verdadera identidad del equipo.

Baloncesto atractivo
El técnico y los jugadores han asegurado que la idea es practicar un baloncesto atractivo, que enganche al aficionado. Un plus para la primera temporada de la entidad como Sociedad Anónima Deportiva, el último gran paso que ha dado la junta directiva de cara a la consolidación y el objetivo de alcanzar la máxima categoría.

Un aspecto de vital importancia, pero para que todo funcione, el crecimiento deportivo debe ir, como mínimo, a la par que el institucional; es decir, que sea el equipo el que tire de los aficionados y del club, no que el club vaya a nivel despachos por delante de lo que sucede en la cancha.

Arranca, pues, un nuevo proyecto, el Año I después de Zach Monaghan, el jugador favorito de la afición. Ojalá se invierta el refrán “otros vendrán que bueno te harán”.

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