"El factor de la edad no debería contar para los pilotos", afirma el piloto español Fernando Alonso en una entrevista en L'Equipe en la que repasa su trayectoria, se muestra entusiasmado con su equipo y dedica alguna pulla a Lewis Hamilton.
Dice que a pesar de sus 41 años se siente como si tuviera 30 y, mirando hacia atrás, cree que está "mejor armado" para la adaptación constante que supone pilotar en Fórmula 1, algo para lo que el parón entre 2018 y 2020 le ayudó mucho. "En 2018, cuando dejé la Fórmula 1, estaba agotado", confiesa.
Alonso deja claro que no considera que el cambio radical de resultados, con dos podios en las dos primeras carreras, se deba únicamente a que el Aston Martin sea mejor coche que el Alpine de los dos últimos años.
Explica que estudió los problemas de otros pilotos al cambiar de escudería y que, desde el principio, discutió con los técnicos del equipo sobre su estilo de pilotaje y, dice, "hemos trabajado juntos en algunas ideas".
"Desde el 1 de enero estaba en el simulador de la fábrica para prepararme. Y ellos han hecho un súper trabajo ya que, además, el coche tiene una buena aerodinámica", recuerda, en una combinación piloto/bólido que "me ha permitido marcar buenos tiempos".
El asturiano considera "increíble" haber vuelto al podio, aunque reconoce que para ganar carreras "haría falta la ayuda de los Red Bull, que colisionen o se rompan".
"Pero somos competitivos", destaca.
"Jamás hubiera pensado esto hace tres meses. Demuestra que cuando se quiere ganar, hay que dotarse de medios y hacerlo de verdad. Contratar a los mejores, invertir a fondo, construir una fábrica nueva. Hace falta una mentalidad de ganador", remacha sobre su nuevo equipo.
Esa mentalidad "no es muy amistosa para la competencia, pero no se viene a la Fórmula 1 a hacer amigos. Se viene a ganar, y Aston Martin es una máquina de ganar", insiste el doble campeón mundial.
Tiene palabras de elogio para el propietario del equipo, Lawrence Stroll, y lo asimila "de cierta manera" a Flavio Briatore, el responsable del equipo Renault con el que ganó los dos mundiales de 2005 y 2006: "No son ingenieros, sino líderes".
Alonso dice que se reconoce "al 100 %" en Max Verstappen, ya que ambos proceden de países sin mucha tradición de Fórmula 1. "Y además, no sé por qué, a los dos se nos ve como tipos agresivos, no muy educados, no muy políticos".
En cambio, no es tan amable contra Lewis Hamilton, con el que tuvo frecuentes roces cuando fueron compañeros en el equipo McLaren en 2007. Señala que ahora que tiene "un coche normal, se puede ver que tiene debilidades". Hamilton "no se ha olvidado de pilotar. Esto demuestra cómo el coche es un factor esencial".
También considera que el británico "tiene poca memoria" cuando dice que los Red Bull son los coches más dominadores que ha visto. "Hace una semana he terminado veinte segundos detrás de los Red Bull, pero en 2014 y 2015 el retraso era de "un minuto" frente a los Mercedes del británico y de Nico Rosberg, y eso que bajaban el ritmo para proteger sus motores.
Sobre sus desencuentros con su anterior equipo, Alpine, asegura que no tiene "ningún pesar ni ningún resentimiento hacia Renault o Alpine".
"Siempre serán mi familia. Me hubiera gustado que nos entendiéramos mejor el año pasado", comenta.
La entrevista termina con una pregunta en clave: "¿Sabes qué pasó la última vez que un Gran Premio de Australia se disputó un 2 de abril?", como el del próximo domingo: "Sí, yo lo gané", responde Alonso con una sonrisa".