No juega en Segunda División B desde la temporada 2015/16, demasiado para un equipo que encadenó cuatro campañas seguidas en Primera (1994-98) y que representa a una ciudad de casi 100000 habitantes, la capital de Galicia. El Compostela vuelve hoy a una fase de ascenso, la tercera consecutiva, y el objetivo no puede ser otro que regresar a la categoría de bronce. Enfrente estará el Barco, sin presión, pero con ambición y un proyecto que en los últimos años se ha asentado en la parte alta de Tercera.
Será el primer enfrentamiento de un ‘playoff’ exprés entre los cuatro mejores equipos gallegos de la temporada, o al menos los cuatro primeros clasificados en el momento que se pararon las competiciones. Primero llegó el Compos, que por historia, presupuesto y nombres debería ser el favorito. Cuarto fue el Barco y por eso se cruzan en la eliminatoria que abre el fin de semana en Balaídos.
Sin sancionados tras conocer ayer mismo la decisión del Tribunal Adminsitrativo del Deporte (TAD), Yago Iglesias podrá contar con el mediocentro Pablo Antas y Manolo Pérez tendrá a su disposición al extremo Íñigo Pisón. El TAD levantó las sanciones de la última jornada (8 de marzo) y de carácter leve sobre los jugadores cuyos equipos se juegan en dos semanas el ascenso.
Terminar campeón, o primero en su defecto, debía tener una ventaja. Y de las gordas. Al Compos le vale el empate para acceder a la final por el ascenso, en la que se cruzaría con el ganador del Ourense CF y Arosa, los otros dos equipos gallegos que disputan el ‘playoff’ y que se medirán mañana. La final será la próxima semana, también en el estadio vigués.
La teórica superioridad del Compostela se manifiesta en varios jugadores. Destaca un nombre por encima de todos: Primo, un delantero diferencial y gran goleador (suma diez dianas en doce partidos) que regresó a San Lázaro una vez empezada la campaña desde la Gimnástica de Torrelavega. La velocidad y potencia de Miki y Brais Abelenda; las zurdas de Antas y Bicho o la fortaleza física de Baleato, Soto y Casas son otros puntos fuertes.
El Barco resalta por la verticalidad de sus hombres de ataque, capaces de resolver un partido de forma individual, y por la estrategia a balón parado, con dos buenos lanzadores como David Álvarez y Rubén García.
La presión debería jugar en contra del Compos, el gran favorito, y a favor del Barco, que llega de puntillas. En contra del equipo ourensano, su debilidad defensiva (40 goles encajados) y la incógnita sobre el estado físico de algunos de sus jugadores.
Sin factor campo ni aficionados en las gradas por el protocolo COVID-19, la numerosa hinchada del Compostela y la ruidosa fanaticada del Barco podrán seguir el partido en directo a través de las cámaras de la TVG.
