El Everton Football Club inauguró ayer oficialmente su nueva y espectacular casa, el Hill Dickinson Stadium y marcó el comienzo de una nueva era para el histórico club de Merseyside, que juega en la máxima categoría del fútbol inglés de manera ininterrumpida desde 1954, una racha mejor que la de Liverpool, Manchester United, Tottenham o Chelsea.
Situado en el muelle de Bramley-Moore, en el corazón de la zona portuaria de Liverpool, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el vanguardista estadio se erige como un símbolo de la ambición del club y de la regeneración de la ciudad. El nuevo coliseo se abrió con victoria por 2-0 al Brighton en un partido en el que Jack Grealish, recién llegado cedido por el Manchester City, fue el protagonista con dos asistencias decisivas que aprovecharon Iliman Ndiaye y James Garner.
Atrás queda el emblemático Goodison Park, hogar del equipo desde agosto de 1892. El Hill Dickinson Stadium, que ha se ha alzado con un gasto presupuestario final de algo más de 900 millones de euros es una obra de ingeniería y diseño que fusiona la modernidad con el rico patrimonio industrial de la zona. El esqueleto del estadio está formado por unas 12.500 toneladas de acero estructural. El exterior del estadio, con su estructura que se eleva sobre una base de ladrillo, rinde homenaje a los almacenes portuarios que lo rodean.
900 millones de euros fue el coste final del estadio, que puede albergar eventos de muchos otros deportes, incluidos el rugby y el cricket. Además integra una sala de conciertos.
El interior, con capacidad para 52.888 espectadores, supone un salto cualitativo y cuantitativo respecto a los 39.572 asientos de Goodison Park. El diseño del graderío, más vertical y cercano al terreno de juego, busca recrear e incluso amplificar la intimidante atmósfera que caracterizaba a su antiguo estadio. Destaca la imponente grada sur, un único nivel con capacidad para 13.000 aficionados, diseñada para ser el corazón y el pulmón del nuevo coliseo ‘blue’.
El proyecto, que comenzó a gestarse hace varios años, vio el inicio de sus obras en agosto de 2021. Tras un complejo proceso que incluyó el relleno del muelle de Bramley-Moore, la construcción de la estructura principal se completó a finales de 2024. Durante los primeros meses de 2025 se llevaron a cabo diversos eventos de prueba para garantizar la seguridad y la plena operatividad de las instalaciones.
La financiación del estadio se ha asegurado a través de una combinación de recursos propios del club e inversiones externas, también con una cartera de eventos no futbolísticos. Si bien inicialmente se contaba con dinero público, el club finalmente tomó una dirección diferente y se apoyó en bancos internacionales como el norteamericano JP Morgan y MUFG de Japón para ayudar a obtener los fondos para el proyecto. El estadio generará un valor estimado de 1.500 millones de euros en la región. Será además una de las diez sedes de la Eurocopa 2028, que se jugará en el Reino Unido e Irlanda
El Hill Dickinson (un importante bufete de abogados de Liverpool) Stadium no solo será un recinto para la práctica del fútbol. Sus modernas instalaciones y su estratégica ubicación lo convierten en un espacio multifuncional preparado para acoger conciertos, eventos corporativos y otras actividades culturales y de ocio. El proyecto también ha incluido la regeneración del espacio público circundante, con la creación de nuevas zonas verdes y comerciales que revitalizarán esta área histórica de Liverpool.
Con la inauguración de su nuevo estadio, el Everton no solo da un paso de gigante en su modernización como club, sino que también ofrece a la ciudad de Liverpool un nuevo icono arquitectónico y un motor de desarrollo económico y social para las próximas décadas. Y en todo caso ahí queda el legado de Goodison Park, que con sus más de 130 años de historia tras sí no se derribará. Allí jugará el equipo femenino del club. A tiro de piedra de Anfield.