El vallisoletano Roberto Corral es el único futbolista español que juega en la liga ucraniana, aceptó recientemente una oferta de aquel país en plena guerra y al relatar para EFE su experiencia, de poco más de dos semanas, asegura que vivió momentos de "recelo" ante la opción de jugar en Ucrania, pero que le mueven "los sueños" y eso le dio la audacia necesaria aunque, una vez allí, encontró "más normalidad" de la esperada.
Ya desde niño, cuando llegó a la cantera del Real Valladolid, soñó con vestir la camiseta del primer equipo y lo consiguió, pero en agosto de 2021, cuando faltaba poco para cerrarse el mercado, tuvo que salir del club ante el exceso de jugadores en su demarcación (lateral izquierdo). Fue un golpe duro.
De carácter inquieto, Roberto explicaba a EFE durante aquellos días de incertidumbre, hace casi dos años, que, como detesta el aburrimiento, lo que más le preocupaba era estar "parado" pues las plantillas estaban cerradas tras rescindir contrato en Valladolid. Su ansiedad resultó fugaz, enseguida se dedicó a hacer prácticas de sus estudios de fisioterapia y a su agente le instó a estudiar ofertas "donde fuera".
La primera fue del Korona Kielce de la Liga 1 polaca, donde actuó la pasada temporada, y actualmente es jugador del Metalist Karkiv, club ucraniano que debería jugar en Járkov (su sede), pero al ser una de las ciudades más afectadas por la guerra juega en otra ciudad y a puerta cerrada.
Corral, de 25 años, relata telefónicamente a EFE que su fichaje se empezó a gestar en febrero, cuando volvió a España tras acabar su periplo en el Korona. "Entonces quise liberar la mente, volver a casa y con la mentalidad puesta en el mercado de verano, pero contactaron con mi agente (Bruno Pires) para comentar que el Metalist necesitaba reforzar mi posición y pensaban en mí".
Al principio, Roberto se quedó descolocado. Jugadores salían de allí por la guerra y a él le surgía la posibilidad de ir. Curioso cruce de destinos. Sin embargo, puso interés al escuchar el nombre del equipo, uno de los más grandes de Ucrania, que desde 2009 a 2016 jugó Europa League y en la campaña 13/14 disputó también la Champions, con jugadores tan conocidos como "Papu" Gómez.
Lo único que le preocupaba era la situación del país, por las noticias que escuchaba sobre la guerra, pero a través de una llamada telefónica con miembros del club conoció la realidad de la liga ucraniana.
"Me convencieron, me dieron incluso la posibilidad de probar una semana para quedarme más tranquilo. Vi que todo era normal a nivel deportivo y el resto de condiciones me compensaban, venir a la Premier League de Ucrania a seguir cogiendo experiencia y currículo era bueno para mí", afirma.
Sobre cómo está viviendo la situación del país, asegura que "con normalidad" y, en este contexto, puntualiza que su vida es tranquila, "como España o Polonia, cuando he estado estos últimos meses".
"No he notado, en los días que llevo en esta región, ningún signo de alarma ni de miedo en la gente que está conmigo, y me sorprendió desde el primer día la tranquilidad que tenían mis compañeros", subraya Corral.
Respecto a cómo se lo tomó su entorno, reconoce que como toda familia haría, cuando saben que hay una guerra en un país "y dices que te vas a ir allí", al principio lo vivieron "con preocupación".
Sin embargo, puntualiza que después de tener toda la información, tras la "ignorancia previa y el miedo mediático", lo asumieron y le apoyaron.
A 1.300 KILÓMETROS DE JARKOV
En cuanto al equipo, asegura que se nota que es una entidad grande aunque lamenta tener que trabajar en otras instalaciones no propias del club y entrenarse a 1.300 kilómetros de Jarkov, que es donde tienen su estadio de 40.000 personas y la ciudad deportiva.
Cuenta que están jugando en Uzhgorod, "tanto el Dnipro como nosotros". También detalla que otros equipos tienen un área deportiva específica dentro de diferentes puntos del país donde se entrenan y juegan partidos. Por ejemplo el Shaktar, en Leópolis.
"Este fin de semana, a nosotros nos toca desplazarnos a Poltava para jugar contra el Vorslka, están compitiendo y viviendo allí", subraya.
Afirma que los compañeros le acogieron como un miembro más y que las costumbres son similares a las polacas, a las que ya estaba adaptado.
"El idioma ucraniano es parecido al polaco, aunque echo de menos que haya más gente que hable inglés, pero lo hablo con quienes lo saben y polaco básico, con quienes no", agrega Corral.
Con quien tiene buena relación, también por el idioma, es con el entrenador Perica Ognenovic, un exjugador del Real Madrid, conocido en su momento por "El Átomo" y que habla un español fluido.
Por último, Roberto asegura que la liga ucraniana es de alto nivel y que hay muy buenos clubes, como Shakhtar, Dnipro, Dinamo de Kiev, Zorya Lugansk o el mismo Metalist suyo.
"Debuté contra el Shakhtar y ha sido de los mejores equipos que he tenido enfrente", precisa el jugador vallisoletano.
Lamenta, eso sí, que el desarrollo de la competición sea a puerta cerrada y recalca el hecho de que haya varios equipos, como el suyo, que tienen su sede en regiones afectadas por la guerra y que han tenido que trasladarse para competir pero, salvo eso, "la liga sigue normal, sin percances", afirma.
Le reconocen por la calle porque la hiperactividad de Corral le hace moverse y empaparse de todo. Cuando no está entrenándose va al gimnasio, pasea y se interesa por la nueva cultura que ha escogido vivir. No era un camino fácil, pero le mueven los sueños y... Roberto no deja de soñar. "Si tus sueños no te asustan, no son suficientemente grandes".
