La cita del año para el Real Madrid llegó en un momento de irregularidad para uno de sus grandes referentes, transitando Vinícius Junior por su peor racha del curso sin marcar, seis encuentros y más de un mes sin gol, sufriendo un apagón cuando los focos del Parque de los Príncipes lo alumbraban. El protagonismo se lo llevó un deslumbrante Kylian Mbappé, demostrando qué jugador marca el paso en el presente.
La exhibición de Mbappé contrastó con el rendimiento de otros referentes que estaban llamados a brillar en un duelo estelar. El argentino Leo Messi confirmó que su figura actual se alejó en exceso a aquella que decidía clásicos cuando daba brillo a la camiseta azulgrana del Barcelona. En el bando madridista, los futbolistas que debían dar un giro a una preocupante dinámica ofensiva, no aparecieron.
Karim Benzema forzó para estar por la importancia de la cita. Alejado de su verdadera identidad y las sensaciones previas que le impulsaron a tomar la decisión. Su desconexión del juego colectivo fue provocada por los pocos balones que le llegaron. Un equipo en bloque bajo con dificultades para superar la presión rival, incapaz de tener posesiones de calidad y conectar con su tridente. Superado en todas las facetas del juego. Su poder intimidatorio se redujo al máximo.
UN MAL DÍA CON OPCIÓN DE REVANCHA
Entre los numerosos duelos que presentaba un partido que a nadie extrañaría se hubiese dado en una final de 'Champions', aparecía uno por encima del resto. Lo protagonizaban los nuevos 'príncipes' del fútbol que están a un paso de la corona de rey. Todo lo mostrado por Mbappé convierte en injustificable que no sean suyos los galardones individuales recientes, mientras que Vinícius se desgastó en tareas defensivas, con continuas ayudas al lateral de su banda, Ferland Mendy, y apenas apareció en fase ofensiva.
Era el momento de confirmar en Europa el crecimiento progresivo de 'Vini' que le convirtió en referente madridista. El salto de calidad en la definición. Pero el brasileño no escapó del momento irregular por el que transita, buscando de inicio espacios a espalda de la defensa rival para desplazamientos en largo de sus compañeros, antes de abrir el campo e intentar acciones que nunca generaron desequilibrio.
El Real Madrid añoró el flujo de fútbol que llega con sus acciones, que pisase área rival y agitase el partido para dar un cambio al rumbo que tomó. Autor de 15 goles y asistente en diez ocasiones en sus 33 partidos disputados esta temporada, Vinícius está en su pico de rendimiento más bajo.
En sus seis últimos partidos sin gol ha ido reduciendo una estadística que era buena para estar en 18.7% de goles en sus 80 remates intentados. En París no sumó ninguno y apenas incomodó a Achraf Hakimi en su marcaje. No marca desde el 12 de enero en la semifinal de la Supercopa de España ante el Barcelona en Riad. El viaje con su selección y jugar en San Mamés sin descanso, por la necesidad ante la ausencia por lesión de Benzema, no ayudaron a que vuelva a su mejor nivel. El descanso que recibió con un partido de sanción, tampoco lo consiguió.
Pero si algo caracteriza a Vinícius es su carácter luchador, la valentía ante la adversidad. Nunca le afectó la mofa cuando desperdiciaba innumerables ocasiones y tras la mala noche del Parque de los Príncipes, a buen seguro que ya tiene apuntada la fecha del partido de vuelta, el 9 de marzo, para desquitarse y colaborar en lo que el madridismo espera sea una noche mágica.
Con el deseo alimentado en el madridismo de la llegada de Mbappé, el primer 'pulso' mantenido entre ambos adelantó una bella pugna que se mantendrá desde el próximo verano por la banda izquierda del Real Madrid, si finalmente el astro francés se decide por el proyecto al que quería sumarse ya el pasado verano. La competencia aumentará para Vinícius que este curso comenzó como suplente de Eden Hazard y no tardó nada en relegar al belga al banquillo para convertirse en indiscutible.
Kylian tiene más capacidad de adaptarse a todas las posiciones de ataque pero será un debate del futuro. Antes tendrá que visitar el Santiago Bernabéu con otra camiseta y sentir la presión de un estadio que espera la mejor versión de 'Vini' y Benzema.
Desde 2018 el Real Madrid no marcaba un tanto en cuatro partidos. Desde 2019, en competición europea y también en el Parque de los Príncipes, no acababa un partido sin chutar a portería rival. Tras el apagón aún queda esperanza en una eliminatoria que bien pudo quedar sentenciada.