El deportivismo no falló a la cita con su equipo y en el campo municipal Luis Ramos de Guijuelo un total de 12 seguidores herculinos pertenecientes a las peñas ‘Meseta Blanquiazul’ y ‘Miróbriga’ se hicieron notar en las gradas.
Los hinchas desplazados desde la ciudad de Salamanca y la localidad de Ciudad Rodrigo lo dieron todo durante los noventa minutos, intentando contagiar su ánimo a una escuadra que en ningún momento se sintió cómoda sobre un tapete de hierba sintética en unas condiciones poco recomendables para el fútbol de élite.
La representación deportivista llegó con una hora de antelación al partido para intentar saludar a los jugadores del club, fotografiándose también con el autocar oficial de la entidad de la Plaza de Pontevedra.
Aunque congelados por las bajas temperaturas registradas en la segunda parte, se quedaron en los aledaños del Luis Ramos para despedir a Fernando Vázquez y a los suyos, que se marcharon con rostros de decepción y sin demasiadas ganas de devolver las muestras de afecto llegadas desde la afición.
Sin ir más lejos, solo el portero Carlos Abad, que se encontraba defendiendo el marco del fondo donde estaban ubicados los adeptos deportivistas, les saludó tímidamente antes de emprender rumbo a las duchas.
Una muestra del enfado con el que el plantel blanquiazul concluyó un partido muy gris, para el olvido.