Peregrinar desde su casa de Buenos Aires a la basílica de Nuestra Señora de Luján ataviado con la camiseta del RC Deportivo para pedir el ascenso del club. Una caminata de 35 kilómetros en los que este impenitente seguidor blanquiazul ha tenido tiempo para reflexionar acerca del pasado, presente y futuro de la entidad de la Plaza de Pontevedra.
De verbo fluido y discurso bien estructurado, Álvaro lanza un mensaje al deportivismo para que nunca pierda la fe en su equipo hasta el retorno a la élite del fútbol nacional.
¿Cuándo empezó tu fervor por el Depor?
Bueno, comenzó allá por el año 1991 cuando fui a ver al Deportivo en Riazor ante el Real Madrid y cuando me retiraba me fijé en que los aficionados sentían mucho el significado de esa camiseta. Pensé que era algo que había que continuar.
¿Cuántas veces has podido estar en el ‘templo del deportivismo’?
Más de quince veces, es como una segunda casa para mí. Recuerdo que los ‘fans’ del Depor no paran de alentar y que son como una gran familia. Le hace saber transmitir al equipo todo lo que significa.
En Argentina, donde el fútbol es toda una religión, ¿cómo se vive con tu equipo a miles de kilómetros de distancia?
Es duro cuando no puedes sentirlo en vivo y en directo pero hoy en día con Internet o por todos los canales que hay uno puede estar cerca. Obviamente no es la misma intensidad celebrar un gol aquí o en Riazor pero lo importante es que uno lo puede vivir a su manera, sufriendo y pensando que le está transmitiendo su fuerza a los jugadores. América y Argentina también laten por el Depor.
Salgo como un loco a gritar al balcón cuando marca el Deportivo
¿Has conocido a más adeptos del club en Buenos Aires?
No muchos, la verdad, me hubiera gustado compartir con más gente las hazañas que ha logrado este club. No descender, los títulos como la Liga o el ‘Centenariazo’. Salgo a gritar como un loco al balcón cuando el Depor marca y nadie entiende lo que está pasando.
¿Cómo explicas este amor a tu familia, amigos o vecinos?
A ver, esto no se puede explicar. Uno puede viajar a Coruña y traer la camiseta del Depor y comentarle a la gente que somos un equipo pequeño, que hemos ganado grandes batallas tanto en España como en Europa. Este club a pesar del descenso nunca ha bajado la cabeza, sabes que siempre se guarda alguna sorpresa y que es un plus que tiene el Depor sobre otros equipos. Sabemos lo que es darle zarpazos a los grandes.
¿Echas de menos a más compatriotas en el Depor?
Bueno, tenemos a Cartabia o Dubarbier pero uno no va por el tema de la nacionalidad. A mí lo que me gustaría es que la garra esté con cualquier jugador. El coraje no solo está en Argentina. Hemos tenido ejemplos de jugadores que lo han dejado todo en la cancha como Valerón o tantos otros. Lo importante es que en cada partido el club tiene que dejarse la piel y dejar claro que nadie va a pasarle por encima.
¿Cuál ha sido tu jugador preferido en la historia del club?
Tengo varios. Obviamente si nos vamos a la época de títulos el ‘Turu’ Flores fue un claro referente para mí por todo lo que significó con sus goles. También he sentido enamoramiento por Djalminha o por Valerón. En Primera también me encantaba Fran y también he valorado el esfuerzo de muchos, como Laure, que ha sabido respetar los colores en todo momento.
¿Cuándo crees que puede tener lugar tu próxima visita a A Coruña?
Espero que pronto, en 2019 y que pueda ver ya al Deportivo en Primera División.
En 2016 viajaste a Uruguay para animar al Depor ante el máximo rival...
Esa gira fue muy buena porque jugó el Depor ante el Celta, Nacional y Peñarol. El partido no tuvo mucha difusión aquí en Buenos Aires pero cuando es amor, es amor. No se piensa, se hace. Y allí me fui en barco a primera hora, busqué alojamiento y llegué al estadio. Hacía mucho frío y poca gente en las gradas.
Laure me regaló su camiseta en Uruguay, de un valor incalculable; morirá en mí
Y ese esfuerzo tuvo premio...
Exactamente, al terminar el partido esperaba que me firmaran mi camiseta pero vi a Laure corriendo y señalándome a mí. Tiró su zamarra y quedó en la alambrada. Tuve que trepar, me corté bastante las manos pero conseguí la prenda. Al día siguiente fui al hotel para que me la firmasen y estuve con varios jugadores. Bergantiños, Pinchi, Bruno Gama, además de Laure, estuvieron conmigo y fue el mejor recuerdo del único derbi fuera de Galicia. Tiene un valor incalculable, morirá en mí. Voy a enmarcarla y siempre brillará en mi casa.
Este pasado verano has peregrinado por el Depor... ¿Cómo nació esta idea?
Sí, he caminado dos veces hasta la basílica de la Virgen de Luján desde Buenos Aires, a 35 kilómetros; ambas veces lo hice con la casaca del Depor. La petición fue a la Virgen para que ascendamos y para que tengamos el equipo a la altura de lo que nos merecemos esta afición. La grada del Depor no es solo la que va a Riazor sino también la que sufre desde lejos. A este lado del Atlántico también lo sentimos.
¿Qué estarías dispuesto a hacer en junio de 2019 si el Depor regresa a Primera?
Es una buena pregunta, tendría que pensarlo, prometerlo y cumplirlo. Sería muy noble volver a visitar a la Virgen para agradecerle el ascenso y pedirle que este club esté siempre en Primera.
