Zaragoza también sonríe a costa del Deportivo (1-0)
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17º-23º

Zaragoza también sonríe a costa del Deportivo (1-0)

Zaragoza también sonríe a costa del Deportivo (1-0)
Mario Soriano, en el Zaragoza-Deportivo | FERNANDO FERNÁNDEZ

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El Deportivo continúa repartiendo felicidad por diferentes puntos de la geografía futbolística española. Después de Gijón y Granada, el gordo cayó este domingo en Zaragoza, donde volvió a evidenciarse la bajada de tensión deportivista desde que consiguió la salvación. Algo tan importante señalar como el mérito por haberla logrado con tal holgura viendo los mimbres que había a disposición.
 

Gilsanz continuó con su búsqueda de estímulos para un grupo de jugadores que hace semanas que dieron la temporada por amortizada. Al menos en lo que se refiere a objetivos colectivos, que al fin y al cabo son lo que ponen la gasolina para que un equipo funcione. Así, a La Romareda saltaron varios de esos que todavía tienen cuentas individuales pendientes, como es el caso de Pablo Vázquez y Mario Soriano y sus particulares marathones, con otros menos habituales como Patiño o Bouldini, que buscan reivindicase. Si a la mezcla se le añade una pizca de canterano con el debut del juvenil Adrián Guerrero con el primer equipo, la tarde ya sumaba al menos un mínimo para sentarse a ver al equipo blanquiazul.
 

El valor añadido lo ponía el morbo de ver sufrir a un Zaragoza del que lo peor que se puede decir es que en ningún momento dio la sensación de estarse jugado más que el cuadro coruñés. Ni siquiera el gol del Eldense que dejaba a los locales a dos puntos del abismo pareció influir en el equipo que dirige Gabi, totalmente paralizado por el pánico y que lo único que puso sobre la mesa fue un punto más de intensidad en los duelos.
 

Estuvo cerca de ser suficiente para irse al descanso en ventaja. Sobre todo porque a los meritorios del Dépor se les ha terminado de ver el cartón. Entre ellos, un Petxarroman que cumplió en sus primeras apariciones sin Ximo Navarro, pero al que el tiempo y los partidos han terminado por jugar en su contra. Su fragilidad en el cuerpo a cuerpo dejó la mejor ocasión del Zaragoza, un remate al palo de Dani Gómez ante el que Parreño ya se había dado por vencido.
 

Porque el cuadro maño solo llegaba a través de fallos propios de los blanquiazules, con Villares y Mario Soriano empeñados encontrar soluciones que sus compañeros volvían a convertir en problemas. Diego Gómez, incómodo a pierna natural, no fue capaz de poner ningún balón con claridad en el área. Tampoco Guerrero, que sí dio esa sensación de amenaza que viene mostrando en Abegondo, pero que está lejos aún de la finura que exige el fútbol profesional. 
 

Detalles

No consiguió el Zaragoza sacarse los nervios en el descanso y el dominio visitante creció tras el paso por vestuarios. Patiño pudo dar un paso adelante y su asociación con Villares y Soriano comenzó a dejar aproximaciones peligrosas al área de Poussin. Pero justo cuando el runrún comenzaba a apoderarse de La Romareda por un nuevo gol del Eldense, el Dépor pagó en una acción dos por uno la juventud e inexperiencia en una jugada a balón parado. Diego Gómez, encargado de proteger el primer palo, midió mal y peinó en lugar de despejar. Cualquiera que haya jugado al fútbol sabe lo que supone un balón prolongado al segundo palo en un saque de esquina. El balón llevaba destino al fondo de la red. Lo empujara quien lo empujara. Pasaba por allí Patiño, que le tenía bien ganada la posición a Dani Gómez, pero como Diego no fue capaz de enviar el esférico a donde quería.
 

Los locales consiguieron la ventaja, que no la tranquilidad. En parte porque Gilsanz dio entrada a Yeremay y Escudero, que juntos desde la banda izquierda metieron el miedo en el cuerpo a la parroquia zaragocista. Empezó el lateral, que puso varios balones peligrosos en el área para avisar de su llegada. Aunque lo que enmudeció de verdad el estadio aragonés, que en este partido se despedía antes de las obras, fue la puesta en escena del canario. Como ya hiciera ante el Albacete, pero esta vez desde el otro perfil, el ‘10’ deportivista recogió un balón en el pico del área para buscar la escuadra de la portería local. Esta vez no hubo suerte y su disparo se estrelló en el palo. Pudo escucharse bien porque toda la grada se había quedado en silencio. 
 

Pudo respirar en los minutos finales. Los últimos cambios apagaron el amago de reacción blanquiazul, lo que unido al empate del Racing de Santander en el Nuevo Pepico Amat certificaron la salvación del Zaragoza y una nueva jornada que evidencia lo largo que se le está haciendo al Dépor el final de temporada.

Zaragoza 1 - 0 Deportivo

Zaragoza: Poussin; Luna (Calero, m.77), Jair, Vital, Tasende (Clemente, m.46); Guti (Moya, m.88), Arriaga, Francho; Pau Sans (Bazdar, m.88), Adu Ares (Liso, m.65), Dani Gómez (Soberón, m.65).

 

Deportivo: Germán Parreño; Petxarroman, Pablo Vázquez, Jaime (Tosic, m.83), Obrador (Escudero, m.63); Villares, Patiño (Gauto, m.86); Guerrero (Yeremay, m.63), Mario Soriano, Diego Gómez (Cristian Herrer, m.75); Bouldini (Kevin, m.75).

 

Goles: 1-0, m.56: Patiño, en propia meta.

 

Árbitro:  Mallo Fernández (C. castellano-leonés). Amonestó a Jaime (m.15) en el Deportivo y Adu Ares (m.43), Pau Sans (m.50), Soberón (m.68) y Luna (m.73) en el Zaragoza.

 

Incidencias: Partido de la 41ª jornada de Segunda División disputado en La Romareda ante 20.007 espectadores.

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