Fichajes frustrados, operaciones que terminan en los tribunales, la sombra del amaño... muchos han sido los alicientes que han convertido al Zaragoza y al Deportivo en enemigos íntimos durante el Siglo XXI.
78 veces en competición oficial se han visto la cara aragoneses y coruñeses. 58 duelos en Primera División, 13 en Segunda, 5 en Copa del Rey y 2 en la extinta Recopa de Europa. Aunque el conjunto maño es uno de los que en más ocasiones se ha cruzado en el camino de los herculinos, hasta hace unos años se trataba de un enfrentamiento puramente deportivo. Sin embargo, distintos roces a nivel institucional han convertido el choque en algo más que una rivalidad. Un duelo que el sábado vivirá un capítulo más con un Dépor salvado y un Zaragoza que se juega la permanencia.
El primer episodio de la enemistad entre el Dépor y el Zaragoza tiene a los centrales Fabricio Coloccini y Alberto Lopo como protatonistas, durante el verano de 2007.
El argentino y el catalán formaban la pareja titular en el eje de la zaga blanquiazul. Coloccini acababa de completar su segunda campaña y media con el cuadro herculino, mientras que Lopo había finalizado su primer curso con el Deportivo. El club maño, presidido en aquel momento por Eduardo Bandrés, intentó fichar a los dos zagueros blanquiazules, tras el traspaso de Gabi Milito al Barcelona. Pero el Deportivo consideraba claves a sus dos centrales y no los vendió. Finalmente, el Zaragoza fichó a Fabián Ayala, del Valencia.
Ese mismo verano, en julio, ambos clubes pactaron la cesión de Ángel Lafita al equipo coruñés, con una opción de compra para los blanquiazules. Aun así, la entidad maña se reservaba una opción de recompra sobre el mediapunta por 3 millones de euros, más IVA, hasta el 30 de junio de 2009, o de 3,5 millones de euros, más el IVA, antes del 30 de junio de 2010.
Lafita se convirtió en un jugador importante para el técnico Miguel Ángel Lotina, sobre todo en la notable segunda mitad de la temporada 2007-08 de los blanquiazules que les permitió finalizar el curso en puestos europeos. Jugó 24 partidos —18 como titular— y marcó 3 goles.
El Deportivo ejecutó la opción de compra y el mediapunta pasó a ser aún más importante a la campaña siguiente, en la que disputó 32 partidos en Primera y firmó 8 dianas —fue el máximo artillero blanquiazul aquel curso—. Lafita era uno de los jugadores claves de aquella escuadra. Así, disputó con los blanquiazules el primer encuentro de la temporada 2009-10, frente al Real Madrid en el Bernabéu (3-2). Pero cuando restaban diez minutos para que se cerrara el mercado de fichajes de verano, el Zaragoza pagó la opción de recompra ante LaLiga. Lafita finalmente se marchó al conjunto aragonés y el Dépor llevó el caso a los tribunales, que en junio de 2011 dieron la razón a los coruñeses y condenaron al Zaragoza a abonarle 1.480.000 euros al Dépor.
Si la relación entre aragoneses y coruñeses ya estaba tensa, terminó por truncarse en mayo de 2011, cuando el Levante-Zaragoza de la última jornada de la temporada 2010-11, sobre el que planeó la sombra del amaño, selló la permanencia del conjunto maño en Primera y provocó el descenso del cuadro herculino a Segunda.
El Zaragoza afrontó aquella trigesimoctava jornada como antepenúltimo clasificado, con 42 puntos. Los aragoneses ocupaban la primera de las tres plazas de descenso. Precisamente, un puesto por arriba estaba el Dépor, que marcaba la permanencia con 43 puntos. Los de Miguel Ángel Lotina perdieron en Riazor con el Valencia (0-2), mientras que los maños ganaron en el Ciutat de València (1-2) a un Levante ya salvado. El equipo de Javier Aguirre se quedó en Primera y el Dépor descendió.
Las sospechas de un presunto amaño en ese Levante-Zaragoza existieron desde el principio. De hecho, en 2013 el presidente de LaLiga, Javier Tebas, denunció el caso ante la Fiscalía Anticorrupción. En diciembre de 2019, el juez absolvió a los 36 futbolistas de ambas escuadras que habían sido acusados de corrupción deportiva y condenó únicamente a Agapito Iglesias, presidente de la entidad zaragocista cuando se jugó el partido, y a Javier Porquera, directivo del club maño, a un año y tres meses de cárcel.
En diciembre de 2020, la Audiencia Provincial de Valencia rechazó el recurso de la fiscalía, confirmó la absolución de los jugadores y también la de los dos directivos del Zaragoza condenados inicialmente.
“Toda España sabía que el partido estaba amañado”, ha reiterado el expresidente blanquiazul, Augusto César Lendoiro, desde entonces.
“Los clubes sabían que lo que yo decía era verdad absoluta, pero la verdad jurídica no es la real, la tengo que demostrar. Me faltaron un pelín de pruebas”, dijo Tebas el pasado septiembre en el podcast The Wild Project.
Solo un mes después de salvarse con el polémico partido que condenó al Dépor a Segunda, el Zaragoza solicitó el Concurso de Acreedores.
La deuda de la entidad aragonesa superaba los 150 millones de euros y el Deportivo solicitó el descenso administrativo de los maños.
Son los capítulos más intensos y polémicos de una relación que en los últimos años ha sido de pura enemistad.