A Yeremay solo había que entenderlo
lll
17º-23º

A Yeremay solo había que entenderlo

A Yeremay solo había que entenderlo
Yeremay, con el Fabril

Usuario

Fue captado tras ser descartado por el Real Madrid ante el evidente talento natural que irradiaba cada vez que tenía la pelota entre los pies. Pero su evolución no fue ni sencilla, ni lineal.  Aunque ha acabado rompiendo en lo que todo el mundo creía que podía llegar a ser. Así fue el proceso de Yeremay Hernández para pasar de ser un menudo adolescente canario con cara de niño, llegado de rebote de la capital de España, a santo y seña del Deportivo y el deportivismo en tan solo siete años. 


Extécnicos y responsables de la base del Deportivo analizan para DXT Campeón el desarrollo de un futbolista que entraba por los ojos, pero que no tuvo un camino fácil para convencer y convencerse de que podía llegar a ser no solo profesional, sino también referente.


“Ahora se ve muy fácil que lo evidente era apostar por él, pero en aquel momento había mucha gente que dudaba. No es tan fácil. Había direcciones deportivas que priorizaban otras cosas, que querían jugadores más ordenados en todos los sentidos. Pero el talento que tenía… era muy obvio”, explica Albert Gil, director de cantera del Deportivo entre el 2014 y el 2024. El catalán fue uno de los grandes valedores del futbolista canario —como el propio Hernández reconoció una vez se hizo oficial la salida de Gil—, ya que su equipo de captación no solo apostó por él, sino que le dio cariño durante su adolescencia en A Coruña.


“Era un niño. Nacido en diciembre, que casi siempre van con un año de retraso además. Había salido muy pronto de su casa y en A Coruña encontró el lugar ideal. Era un sitio más tranquilo y en el que se le podía dar más paciencia. Tuvimos mucha paciencia con él. Era un talento brutal”, apunta el exresponsable de la cantera blanquiazul, que recuerda a Yeremay como un chaval “cariñoso” y sobre el que “había que estar pendiente y tutorizar, pero al igual que el resto de jóvenes que están en la residencia y no son de Galicia”. “Es difícil. Porque mientras los que son de otras provincias se van los fines de semana a su casa, los de fuera no se van nunca. Obviamente hay que estar más encima de ellos”, matiza.
 

Precisamente esa sensación de joven agradecido es la que también detectó David Pérez cuando, en el año 2018, el chico subió a entrenar con el Juvenil B los dos últimos meses siendo todavía cadete: “Recuerdo que tuve una primera conversación con él. Le pedí que tuviera desparpajo conmigo, porque cuando tuviera la oportunidad le iba a hacer partícipe de la experiencia de jugar contra chicos mayores. Que iba a crecer con nosotros”.

 

Líneas rojas 

“Había semanas en cadetes que eran complicadas porque junto a él había dos o tres chavales más muy inquietos. Pero cuando subió, le dejamos claro que había unas líneas rojas que no podía pasar. Ni él, ni nadie. Creo que ese mensaje, unido al del disfrute, le llegó. Era un chico con rebeldía, pero sin maldad ninguna y que cuando saltaba al campo era capaz de mostrar ese carácter para jugar y, a la vez, divertirse”, apunta Pérez, hoy segundo entrenador de Pablo López en el Racing de Ferrol y en aquel momento primer entrenador del Juvenil B tras el ‘ascenso’ de López al primer equipo junto a Clarence Seedorf.


“Creo que generamos una complicidad pese al corto período de tiempo que pasamos. Cuando nos veíamos por los pasillos, me miraba a los ojos con esa sonrisa pícara y me decía que estaba deseando volver a jugar con los ‘mayores’. Creo que era una forma de pedir que se le exigiese”, recuerda.

 

De este modo, tanto Gil como Pérez dibujan a un joven especial en el campo y también fuera de él, al que había que saber llevar con cariño y empatía mezcladas con autoridad y exigencia. 

 

De hecho, el excoordinador de la base aprovecha para intentar derribar un mito en torno a la indisciplina del jugador en su episodio más recordado: la Copa de Campeones Juvenil. “Se está confundiendo todo un poco. Yeremay era jugador del Fabril desde mitad de aquella temporada. Y cuando baja al Juvenil, ya se encuentra a un equipo rodado, en el que es más difícil entrar y en el que está David Mella en su posición. Pero el problema no era de Yeremay, sino algo más global”, apunta Gil, que explica que llegó a escuchar que “para ganar no se necesitaba a Yeremay”. “Pero es que en el fútbol base no es solo ganar, sino que hay que pensar en formar jugadores para el primer equipo”, lamenta.


En lo que también coinciden David Pérez y Albert Gil es en las diferentes capacidades que se le veían a aquel Yeremay. “Tenía el talento natural de saber dónde estaban las debilidades en los espacios y aprovecharlas a través de su talento individual. Se colocaba bien y sacaba el fútbol de la calle. No era solo capacidad técnica, sino también inteligencia táctica. Y todo a pesar de su corta edad y estatura”, explica Pérez. “Era un súper talento”, resume Gil.

 

Yeremay interior

“Jugaba por dentro”, recuerda Darío Cotelo, hoy director deportivo del Bergantiños y en la temporada 2019-20 segundo entrenador del Juvenil A dirigido por Javi Álvarez. “Él era juvenil de primer año, pero a mediados de aquel año subió junto a Hugo Novoa y algún otro. En aquel momento, teníamos una plantilla con ocho o nueve mediocentros y él era mediapunta. Después del primer entrenamiento recuerdo decirle a Javi: ‘Que no vuelva más’. Él, obviamente, se sorprendió. Pero yo le insistí: ‘Que no vuelva más, que sino tenemos que ponerlo el domingo’”.

 

Aquel curso, ‘Yere’ acabó debutando. “Todo lo que hoy hace por fuera, lo hacía por dentro. Tenía regate, último pase, finalización… Además, iba a la presión de verdad. Era intenso”, explica Cotelo.
 

Sin embargo, no tuvo más presencia arriba porque, como reconoce Darío Cotelo, en aquel momento el club entendía que era “necesario que pasase un proceso de maduración”. “En algún momento de estos años ha hecho ‘click’”, finaliza Cotelo. Quizá lo que únicamente había que hacer era entender el carácter del canario para saber conducir su talento. Tan fácil y, a la vez, tan difícil

A Yeremay solo había que entenderlo

Te puede interesar