La contundente goleada infligida al Linares Deportivo el pasado fin de semana en las semifinales del playoff de ascenso (4-0) y la ausencia de contratiempos físicos en este encuentro avalan la continuidad del mismo once en el trascendental encuentro del próximo sábado 11 (Riazor, 18.00 horas) ante el Albacete en la final de la promoción.

Con una salvedad, la del puesto de atacante por el costado izquierdo, ya que el joven centrocampista Mario Soriano se ha postulado como una alternativa sólida ante el brasileño William de Camargo.

Y es que el 11 no rubricó su mejor actuación en los primeros 45 minutos frente a los andaluces el pasado fin de semana, donde vio tarjeta amarilla una vez decretado el descanso. William fue relevado por Soriano en el intervalo y el medio cedido por el Atlético cambió la cara al encuentro, tal vez en su mejor intervención con la elástica blanquiazul.

El menudo interior elevó al luminoso el 2-0 en el minuto 64 después de una internada supersónica en la que se desembarazó de varios adversarios antes de cruzar el balón con su pierna menos buena, la izquierda, ante el meta Razak.

Por si este dardo tranquilizante no fuese suficiente, Mario Soriano brindó una asistencia de lujo para el máximo goleador del equipo, Alberto Quiles, que a placer firmó el 4-0 en el minuto 70.

Los jugadores deportivistas abrazaron a Soriano en reconocimiento a su generosa aportación, en una tarde-noche para el recuerdo y también para la esperanza del entorno del club coruñés.

En rueda de prensa, el propio medio madrileño expresó su júbilo, si bien matizó que no hizo nada diferente a otros compromisos.

“Al final marcar un gol en semifinales con 26.000 personas viéndolo es una sensación que no puedes explicar. Me he sentido muy bien, contento y alegre. Estamos a un paso de cumplir el objetivo; hice un poco lo que llevo haciendo en los partidos que estoy jugando: generar superioridad, dudas al rival... y ha salido muy bien”, manifestó.

Siempre con Ian Mackay bajo palos —estuvo soberbio en su última aparición—, la defensa herculina estaría configurada por Antoñito, Lapeña, Jaime y Héctor.

En la sala de máquinas la terna conformada por Álex Bergantiños, Villares y Juergen se antoja inamovible, habida cuenta del despliegue exhibido frente al Linares, un duelo en el que incluso el capitán se adjudicó el tercer tanto del encuentro.

Como futbolistas más avanzados Miku y Quiles —ya ha hecho 20 dianas— parten como fijos, mientras que a lo largo de la semana el cuerpo técnico de Borja Jiménez deberá decidir entre dos piezas en su engranaje ofensivo: el desborde y atrevimiento de William o el oportunismo y confianza de Mario Soriano. l