La historia de Santiago Cajide ejemplifica al máximo la superación humana por seguir adelante incluso en condiciones de salud extremas.
Nacido hace 54 años con parálisis cerebral, así como deficiencias visuales y auditivas severas, ha tenido que superar varios aneurismas y numerosas complicaciones para continuar en este mundo.
Sin duda, una de sus mayores motivaciones para no arrojar nunca la toalla ha sido el RC Deportivo, equipo del que es ferviente admirador.
“Apenas puede ver, por desgracia, y sin embargo distingue perfectamente el escudo del Deportivo a través del tacto”, destaca su hermana Diana, que relata lo especial de su visita al estadio de Riazor el pasado sábado para asistir al duelo ante el Mérida.
“A pesar de que los médicos especialistas no nos recomiendan que asista a los partidos del Depor en directo, este era especial ya que estaba de cumpleaños (54); se emocionó mucho al entrar en el estadio y escuchó el partido a través de la radio y de nuestras narraciones”, agregó Diana Cajide.
“Siempre ha sido un luchador, desde niño, cuando le daban una esperanza de vida de doce años y ahí estuvo el sábado con su querido Deportivo”, relata.
Acompañado por su sobrino Jairo, por su padre Luciano, su hermana Diana y su cuñado Sergio, Santiago derrochó energía durante los noventa minutos.
Este ‘fan’ incondicional de Ian Mackay, perteneciente a la asociación coruñesa Lamastelle, disfrutó al máximo con la definición del partido de los herculinos, una pena máxima convertida por Alberto Quiles en el minuto 94.
“El penalti lo vivió de forma espectacular, fue una experiencia para grabarla, llegó incluso a llorar e hizo movimientos que le llevaron casi a caerse de la silla”, apostilló su hermana, quien, en caso de ascenso, aseguró que “le llevaré cueste lo que cueste a celebrarlo a Cuatro Caminos”.
