Álex Petxarroman sigue sin despejar las dudas en torno a su rendimiento defensivo. El lateral vasco se ha hecho con un puesto de titular en este tramo final de curso ante la baja de Ximo Navarro, a quien la fractura de dos vértebras le mantendrá apartado de los terrenos de juego hasta la próxima pretemporada. Sin embargo, la necesaria continuidad que cualquier futbolista demanda para alcanzar su pico de rendimiento no ha permitido que el exjugador del Andorra haya conseguido desarrollar un alto nivel sostenido. Los últimos partidos, en los que ha aparecido en varios fotos de los goles contrarios, vuelven a poner en el foco el rendimiento defensivo del canterano de la Real Sociedad.

Lo cierto es que, a lo largo de todo el curso, Petxa ha dejado más sombras que luces. El donostiarra comenzó su etapa en el Deportivo ofreciendo algunas concesiones que le impidieron ganar confianza en esos primeros pasos. Y aunque ha habido momentos de consistencia, nunca ha terminado de consolidar ese nivel.

Huesca, la primera

El penalti que hizo en Huesca, que supuso el 1-0 para el equipo local en la segunda jornada, fue la gran foto en la que Petxarroman salió en ese primer tramo, en el que le costó demostrar solvencia sin balón. Sin embargo, lo que terminó de hacerle daño al lateral fue su grotesco error contra el Burgos. Petxa disputó 26 minutos -incluyendo el tiempo añadido- en la visita del cuadro burgalés a Riazor. Entró con 0-0, pero un fallo en un pase en la zona de iniciación acabó con Sancris colando el balón en la portería de Helton.

El borrón supuso la pérdida de un punto aquel día para el Dépor, pero algo mucho más grave para Petxarroman: la caída en su confianza. De hecho, aquel fue su penúltimo partido con Idiakez, pues el defensor no volvió a participar hasta que las rotaciones lo aconsejaron en un partido entre semana contra el Levante.

Tras la salida de Imanol, su rol no se modificó demasiado con Óscar Gilsanz al mando. Lo cierto es que tampoco existían demasiadas razones para que eso sucediese. Y no tanto por el propio Petxa, sino sobre todo por el gran nivel de Ximo. 

Así, Álex fue sumando minutos como suplente y alguna titularidad esporádica hasta que en Tenerife, de nuevo en un partido entre semana -en este caso aplazado- volvió a ser de la partida. Aquel día su participación no condujo a ningún gol en contra, pero el técnico decidió retirarlo a los 57 minutos ante la evidente debilidad que estaba suponiendo su zona dentro del entramado defensivo.

Aquella actuación le devolvió al ostracismo durante un mes y medio, hasta que volvió a participar en Castellón, justo una semana antes de que el destino le diese la oportunidad de consolidarse con la expulsión de Ximo Navarro ante el Cartagena y la lesión que posteriormente se conoció.

Desde entonces, Petxarroman ha jugado ocho encuentros consecutivos. Todos como miembro de alineación inicial. En alguno dejó de nuevo dudas, pero lo cierto es que también dejó sus mejores momentos vistiendo la camiseta del Deportivo. Un claro ejemplo fue el encuentro en Miranda, en el que a su primera asistencia añadió un gran nivel cerrando su banda.

Sporting y Granada

Sin embargo, en los últimos partidos, Petxa ha vuelto a recaer. En los dos últimos encuentros, el Dépor ha encajado cinco goles. De ellos, cuatro llegaron por su zona. Y se puede decir que en tres tuvo cierta culpa. 

Frente al Sporting se introdujo por dentro en la fase ofensiva del equipo pero, tras perder el esférico el equipo, no estuvo nada activo en la presión y fue uno de los que permitió la transición que acabó en gol de Serrano, su par. Minutos después, el lateral fue el único defensa que vio el desmarque de Nacho Méndez, pero cubrió la espalda de Vázquez y permitió que el centrocampista se plantase ante Helton sin oposición para definir.

Mientras, contra el Granada, Petxarroman no pudo hacer nada en el gol de Rebbach. A pesar de que era su marca, el ex del Athletic cerró el pase por dentro y le obligó a recibir abierto un pase en carrera. Por último, segundos después del 1-2, fue a defender hacia delante un tres contra dos en banda en vez de temporizar y proteger la espalda de Vázquez. Quedó inmediatamente eliminado y provocó un desequilibrio en la defensa que acabó con Trigueros rematando a gol sin oposición. Petxa, de nuevo en la foto. O, por desgracia, demasiado lejos de ella.