Llegó tras la jornada 23, después de dos derrotas consecutivas que alejaban al Eldense a seis puntos de la permanencia. Dani Ponz, extécnico de Unionistas, no había convencido en algo más de media temporada. El club alicantino buscó un cambio y encontró en José Luis Oltra un faro con experiencia a la hora de iluminar la categoría.
El Deportivo Eldense se lanzaba a por una apuesta ‘segura’ y los 13 puntos de 21 posibles en los primeros siete encuentros -victoria incluida ante el Dépor-, parecieron darle la razón en la decisión. El equipo competía e incluso cuando perdía (1-2 contra el Levante), lo hacía vendiendo su piel muy cara. Oltra devolvió la fe a la parroquia de un Pepico Amat al que, además, habían llegado nueve jugadores nuevos para confirmar la revolución.
En marzo, tras ganar 2-4 al Zaragoza, el Eldense se colocaba a tan solo dos puntos de los puestos de salvación, que precisamente marcaba el conjunto maño. La inercia era ganadora. Parecía que el cuadro alicantino se iba a salvar.
Pero entonces, cuando todo parecía encarrilado, el equipo se le cayó. Un triunfo en tan solo ocho jornadas -ante el Cartagena- le condujo a un mes final de competición en el que se veía abocado, prácticamente, a ganarlo todo.
En ese tramo nefasto, especialmente dura fue la derrota en su hogar ante el Sporting de Gijón. El Eldense recibía en su casa a un cuadro sportinguista que venía en caída libre. Tanto que en El Molinón apretaron el botón del pánico con la destitución de Rubén Albés y la contratación de Asier Garitano. Pragmatismo al poder.
Era casi un todo o nada, pues el conjunto azulgrana podía confirmar el ‘sorpasso’. Un triunfo le permitía dejar al Sporting por detrás, con el goalaveraje ganado y siete jornadas por delante para confirmar su resurrección y el hundimiento de la nave rojiblanca.
Pero ese 1-2 en el debut de Garitano fue el principio del fin. Porque el Eldense alargó su mala dinámica tres jornadas más: derrota en A Malata (1-0), empate en casa contra el Córdoba (1-1) y durísima caída (5-0) contra el Almería.
Así, a pesar de que el Zaragoza no terminaba de reaccionar, el Eldense veía cómo su última esperanza se alejaba ya a cinco puntos a falta de tres jornadas.
El conjunto de Elda debía ganar al Málaga en su casa y esperar un pinchazo del Zaragoza... que estuvo a punto de llegar contra el Cartagena. Después de ir perdiendo hasta en dos ocasiones, el cuadro zaragocista remontó en el tiempo añadido y sacó un triunfo que neutralizó la victoria del Eldense.
Sin embargo, el 1-0 contra el Málaga provocaba que el Castellón se metiese en el ajo, con un Castellón-Eldense en la antepenúltima fecha. Una victoria de los visitantes abría de nuevo la lucha por la permanencia a tres, pero el empate final del equipo locatario en Castalia dejaba al Eldense tocado y casi hundido. A cuatro puntos del Zaragoza a falta de dos partidos, necesitaba ganarlo todo y que el cuadro maño no sumase de tres. Cerca estuvo de sumar la victoria ante el Racing, aunque poco importaba con el triunfo del Zaragoza ante el Dépor. El sueño no fue realidad.