Dice que el tiempo pasa muy deprisa, quizás porque mantiene vivos en la memoria muchísimos detalles de aquella epopeya. Y de muchas más. Los alimenta también con su visión futbolera, la de un apasionado que además sabe de lo que habla. También sabía lo que se traía entre manos aquel treintañero Francisco Javier González Pérez (Carreira, 1969) que ganó la Liga. “El mayor sueño que tenía en el fútbol”, confía antes de adentrarse en los recuerdos de aquel tiempo. Se ayuda de las fotos del archivo del DXT y El Ideal Gallego que se agolpan sobre la mesa ante la que comienza la charla.
¿Qué se le viene a la cabeza al verlas?
Parece que fue ayer. Es increíble. No sé... Es una pasada todo.
¿Qué recuerda de aquel 19 de mayo?
Veías que la Liga estaba al alcance de la mano y que no podías fallar porque ya en su día lo habíamos hecho. Tenías un cierto temor, como una preocupación. Pero a la vez el sentimiento era de que esta vez no se escapaba. Por experiencia, por la mentalidad que teníamos... Y una vez saltas al campo te olvidas de todo.
¿En serio no se sienten nervios en el campo?
Nosotros habíamos vivido no hacía mucho un año complicado en el que estábamos abajo en la clasificación. Ahí sí que se sienten nervios y pesa la responsabilidad. Pero cuando estás arriba la cosa es diferente, otro tipo de tensión. A mí el partido del Valencia en el 94 me pilló más joven sin tanta experiencia y ahí estaba mucho más nervioso. En el 2000 lo que sentía era confianza. Eso pasa en muchas profesiones. Llega un momento en el que eres más maduro, pero no yo, el equipo en general lo era. Teníamos un equipazo.
Incluso fue mejor después.
Sí. Pero ya estábamos para ganar. Había mucho nivel.
“En el 2000 tenía más experiencia, pero me quedo con el Fran de los noventa”
Siempre pensé que la clave de la temporada fue Djalminha. ¿Está de acuerdo?
Es que él tuvo muy buenas temporadas aquí. Hubo algún año que jugó de escándalo. Recuerdo, por ejemplo, cuando estábamos en la zona baja de la tabla en su primer año aquí. En esas situaciones es cuando se ve el carácter y la personalidad y ahí Djalma estuvo muy bien. El problema es que cuando los resultados no acompañan, no suele valorarse ese nivel. El año de la Liga jugó también muy bien, eso es verdad. Para lo bueno y para lo malo, ya sabemos lo que es Djalminha, pero hacía mucho más competitiva la plantilla. Sabíamos que era un jugador diferencial… ¡Era un fenómeno!
La temporada para usted empezó torcida...
Estaba lesionado y no pude jugar hasta mediado el año. Pero luego fue todo genial
Irureta comienza con un 4-4-2 y en la izquierda ponía a Djalminha. Pero se le iba hacia dentro.
Djalma evidentemente estaba ahí más cómodo porque además tenía gol y se aprovechaba.
Para gol, Makaay.
Mire, venía ahora hacia la Redacción y pensaba en que menudos jugadores teníamos. En defensa eran muy buenos en el uno contra uno, tenías la tranquilidad de que iban a ganar los duelos, eran efectivos y eficientes, iban bien por arriba... Luego en el mediocampo decías: “madre mía, quíén juega aquí”. Flavio era muy criticado, pero hizo una gran temporada. A veces hay jugadores a los que no se les da el valor que tienen.
El Madrid se lo dio. 4.000 millones de pesetas...
Pero es que era una barbaridad de jugador, intenso defensivamente, muy agresivo, capaz de llegar a portería rival. De hecho marcó goles importantes. Hacía un muy buen trabajo defensivo siempre. A Mauro todos lo conocemos, pero Flavio hizo una temporada espectacular.
“El mayor problema que tenemos aquí es el Celta. Muchos prefieren irse a jugar allí”
También andaba Jokanovic por ahí...
Al final más que de un once hablamos de una plantilla de garantías. Con matices según quien estuviese en el campo, pero se jugaba a lo mismo siempre y era un equipo muy sobrio.
Hablábamos de Makaay.
Makaay era gol. De diez oportunidades marcaba ocho y ese porcentaje no se ve en el fútbol. Pasó por aquí con un rendimiento extraordinario y acabó fichando por el Bayern. No es casualidad.
Con la llegada de Irureta la plantilla se reconstruyó con jugadores que conocían la Liga. Y muchos eran nacionales.
Para mí esa fue la clave del éxito. Veníamos de un pasado con un vestuario conflictivo, un par de años con muchos problemas. Al final es importantísimo tener un vestuario sano, que sea como una familia. A partir de ahí construyes grandes cosas. Tampoco creo que importase tanto conocer o no la Liga. La cuestión es que eran todos jugadores buenísimos. Eso era lo importante. En mi opinión los equipos se construyen bien si tienes jugadores de casa porque dan algo que es muy difícil de encontrar. Aunque es verdad que si no los tienes se pueden suplir con futbolistas como esos que pasaron muchos años aquí, como Donato, Mauro… capaces de marcar una época, muy cercanos. La gente se encariña con ese tipo de jugadores y todo eso da un plus.
¿Qué jugador era Fran en aquel momento?
Yo me quedo con el Fran de años atrás, del SuperDepor. Pero en el 2000 tenía mucha más experiencia.
¿Qué tenía antes que no tenía en el 2000?
Pues que volaba, por decirlo de alguna manera. A lo mejor cuando era más joven no era tan disciplinado tácticamente. Con el tiempo vas ganando en conocimiento del juego, la madurez te da otras cosas que no tienes con la juventud. Pero me quedo con aquel Fran inicial. Era más… No querría decir que iba a mi bola, porque siempre tuve mucha responsabilidad táctica y sentido del equipo. Pero en los primeros años me sentía más libre en el campo y ahí de repente llegó el boom del equipo y la ilusión de una ciudad que no se imaginaba que podíamos llegar a donde lo hicimos. Solo faltó la guinda de aquella Liga.
“Los equipos se construyen bien si tienes siempre jugadores de casa”
Irureta me dijo una vez que cambió la visión que tenía de usted al conocerlo en el día a día, que le habían dicho que Fran tenía muy buena zurda, pero no trabajaba. Y se dio cuenta de que eso no era cierto. Y le comparaba con algún otro que sí se escaqueaba.
Yo sabía que defensivamente había que trabajar y bajar con el lateral y eso los entrenadores siempre lo valoraban.
A Jabo se le criticaba mucho.
Él fue muy listo, muy hábil. Supo apoyarse en un núcleo de gente fuerte ahí dentro que hacía mucho trabajo. Había bastante buen vestuario, por mucho que se dijese. Los problemas podían ser puntuales, pero era un vestuario sano.
Se alzaba la voz contra muchas decisiones del entrenador.
Pero es que aquí venían futbolistas que lo jugaban todo en otros lados y todos querían protagonismo. Al jugador que no se queja se le critica por ser conformista. A veces vienes de equipos y crees que puedes jugar o ser titular, normal. Llegas aquí con tus ambiciones y ves lo que hay. Había internacionales que eran suplentes, y eso es difícil de entender. Es difícil gestionar situaciones así, primero por el ego que tenemos los jugadores. Pero es que solo salen once al campo.
Aún así, con las famosas rotaciones casi todo el mundo tuvo su oportunidad.
Es que había fondo de armario. Quizás no tanto como los años posteriores, pero había muy buenos jugadores.
A Irureta le decían que era defensivo.
Cierto... ¿Recuerda aquello dle trivote?
Bueno, publiqué en este diario ese palabro y Jabo me llamó trivote durante años.
Je, je... Él conocía mucho la liga española. Si al final repasamos la historia del Dépor en los últimos años: ¿cuáles fueron los mejores entrenadores?, ¿los más recordados?
¿Arsenio e Irureta?
Correcto. ¿Y a qué son muy parecidos? Colocaban al jugador en su sitio, cada uno sabía que desde esa posición tenía que partir y desarrollar su juego. Llegaron antes y después otros entrenadores contando mil historias, pero alguno no trabajaba nada tácticamente… Irureta, con Paco Melo, fueron capaces de ir manejando el vestuario. Llámelo como quiera, pero iban tirando.
Ahora el futbolista tiene menos libertad.
Yo discrepo.
700 partidos
oficiales jugó Fran con el Deportivo entre 1988 y 2005. Fue el único equipo de su vida
¿No hay mucho más control del juego por parte de los entrenadores?
No lo creo. Lo que pasa es que se le dan más herramientas al jugador. Tienes un modelo de juego y lo trabajas. Pero usted me habla de libertad y yo creo que se hacen más cosas ahora que antes, porque desde ese juego te dicen que si tienes regate, regatees. Antes no te dejaban.
El fútbol ha avanzado para mejor, entonces.
Pues yo tengo dudas en ese sentido. Que le han dado muchas más herramientas al fútbol, seguro. Los entrenadores están mejor preparados, hay muchos analistas, a veces incluso se preocupan demasiado del contrario y juegan en función del rival… Pero sigo creyendo que tiene que haber un poco más de libertad para que el jugador tome sus propias decisiones. Que es un poco lo que tenía ese Fran del que le hablaba del SuperDépor. Lo bonito es encontrar a un entrenador que te pueda dar más alegría,y no tanto ese rigor táctico que propicia que no te atrevas a hacer algo más por miedo a que te saquen del campo. Por ejemplo Luis Enrique: estoy convencido de que coge a Dembele y le da libertad. En cambio otro entrenador le diría que suelte el balón pronto o defienda.
¿De qué jugaría Fran ahora?
Yo me metía mucho al medio… Y como soy un enamorado del 4-3-3, jugaría de interior ahí. Y seguramente, a pierna cambiada. Jugué un partido así y marqué dos goles por meterme hacia adentro y chutar. Antes era impensable jugar a pierna cambiada y ahora… Y ponías tres por dentro y decían que era una locura… Jabo entendía que la fortaleza estaba a partir de la defensa. Y a partir de ahí, que el jugador esté inspirado ese día o a ver si Makaay hace una jugada y a casa. Pero la fortaleza residía en la defensa.
¿Podría haberse ganado haciendo otra cosa?
Soy de los que digo que primero, para hacer otra cosa, tienes que tener un entrenador que sea de “hacer otra cosa”. El entrenador tiene que hacer lo que siente, porque será lo que mejor transmita. Y ahí hay algunos que son maestros al contraataque y otros que lo son llevando el peso del partido. Lo esencial es entrenar lo que tu quieres y sacarle máximo partido a lo que tú tienes. ¿Qué hubiese pasado en el Dépor? Tendríamos que tener otro entrenador, porque Jabo no hubiese sabido enseñar otra manera. ¿Consiguió el objetivo? Chapeau.
¿Pero pudo ganar más ligas el Dépor?
Estoy convencido de que hubiésemos ganado más Ligas jugando de otra manera, pero quizás en los noventa no teníamos equipo para jugar diferente porque el perfil de jugadores, sobre todo en defensa, no era como el del 2000, que era más rápido y contundente… Y así, al al final tienes que protegerte. Pero si tienes armas atrás, puedes dar un paso adelante a ver qué pasa.
“Irureta fue muy listo, muy hábil. Supo apoyarse en un núcleo fuerte”
El equipo 25 años después esté donde está y viene de pasar cuatro años en la tercera categoría, ¿Se perdió una gran oportunidad de asentarlo en la élite?
Si haces bien las cosas, evidentemente consigues una estabilidad. Cuando se hacen bien, de cada diez años fallas uno o dos. Es lo normal. Como le pasa a los jugadores. A un jugador se le valora por diez o más años de trayectoria. Esto es más de lo mismo. Claro que se puede tener una estabilidad, pero para eso tienes que dar con la gente, con muchas cosas que tienes que juntar… Hoy en día, si quieres competir tienes que ir a lo último de lo último y hacer las cosas muy bien. Cada vez hay más medios y gente más preparada.
Aquí se ganó la Liga con una estructura mínima.
Sí y competíamos con los mejores del continente. Pero yo conozco lo que es Abegondo ahora y hay un mundo por mejorar. Cuando vas a las instalaciones de los grandes equipos de Europa, te das cuenta de que cuando el jugador entrena en unas condiciones y le dan unos servicios, todo suma. Vas sumando un poco aquí, otro allí y las cosas no salen por casualidad. ¿Tú quieres estar en la élite? Hay que tener instalaciones de élite. Tenemos muchos equipos por delante y hay que dar ese paso.
¿Sueña con volver al Dépor?
No diría soñar… Esta última vez me quedé sorprendido con todo lo que pasó. Todavía hoy no sé lo que pudo pasar. Nadie me lo explicó. Tuve la oportunidad de estar en el fútbol base y una vez más con unos buenos resultados. Conseguimos más del 92% de las victorias, aumentamos un 30% los goles a favor manteniendo los goles en contra… Pero más allá de los resultados, lo más importante es la formación.
¿Cuál es el sentimiento de un formador de futbolistas al ver que los chicos llegan a ser profesionales?
Sientes emoción. La siento viendo ahora futbolistas a los que tuve en la base. Estuve en el Manchester City y no hay mayor satisfacción para mí que ver ahora a Phil Foden jugando, a Jadon Sancho, Eric Garcia, Frimpong… Los veo jugar al más alto nivel y me emociono. Verlos ahí es lo más grande que te puede pasar como entrrenador o responsable de fútbol base.
El Celta jugó hace poco contra el Villarreal y de los quince jugadores que alineó, once habían pasado por su base. ¿La diferencia respecto a otros equipos es que allí los ponen a jugar?
Yo creo que no es esa la diferencia y creo que mal vamos si pensamos eso. La diferencia es la formación. Piense en los colegios, por ejemplo. No todos son iguales. Yo tenía claro cuando estuve en el Deportivo que hay unas patas muy importantes. La captación es muy importante, pero la formación… Eso es vital. Hay que trabajar el talento porque el chaval absorbe año a año lo que tú le das y tienes que conseguir que sea mejor cada temporada. ¿El Celta los pone? No creo que esa sea la cuestión, tiene que haber mucho más. El Celta los forma.
3 años
estuvo Fran al frente del fútbol base del Deportivo, entre el verano de 2020 y el de 2023.
Estuvo tres años al frente del fútbol base del Dépor. ¿Le dio tiempo a hacer lo que quería?
Se pueden hacer muchas cosas en tres años. Da para mejorar mucho. Sobre todo yo pelaba mucho con la mentalidad. Yo venía de estar con el City o de ver como trabajaban en el Barça y percibes esa mentalidad de que el empate no vale. Ya solo con eso, la diferencia es abismal. Y eres el Deportivo. Siempre dije que el jugador de Coruña es diferente a los demás. Y ahora veo que el Celta pegó un giro…
¡El jugador coruñés! Hay un hilo conductor histórico hacia un determinado perfil de futbolista. Fer López, por ejemplo, es un “jugador coruñés. Y al menos yo no he visto un jugador más “coruñés” en los últimos años que Brais Méndez.
Me encanta que digas eso, porque el Celta se dio cuenta de lo que había que hacer. Preguntémonos quienes fueron los mejores jugadores de la historia en A Coruña y en el Deportivo y preguntémonos por los del Celta. Pero ahora ellos están dándole la vuelta a todo eso y buscando el perfil que antes teníamos aquí. Se dieron cuenta de que el jugador gallego… ¡Iago Aspas! Otro “jugador coruñés”, ¿no?
700 partidos
oficiales jugó Fran con el Deportivo entre 1988 y 2005. Fue el único equipo de su vida
Aspas si fuese de Monte Alto lo llevaríamos a hombros al campo en cada partido por todo el Paseo Marítimo.
El Celta le ha dado un giro total a su fútbol base. Por eso cuando yo llego al Dépor mi mayor objetivo era además de formar, inculcar y cambiar el modelo. Porque yo consideraba fundamental cambiar el modelo
¿A que se refiere con eso?
El mayor aprendizaje para un jugador llega cuanto más los expones, tanto atacando como defendiendo. No es lo mismo que un extremo tenga diez acciones por partido que solo dos. Igual para un defensa. Cuanto más expones al jugador caerá a la primera, a la segunda, a la tercera… pero a la décima ya irá aprendiendo. Cuando el equipo juega junto trampeas mucho, te arropas en los compañeros. Hay que ver por dónde va cada chico, si resuelve el uno contra uno, todas esas cosas. Yo tengo muy claro el perfil de jugador del Dépor. El mayor problema que tenemos aquí es el Celta. Porque se adelantan. Por lo que sea, hay que analizarlo, pero yo sé por qué muchos chicos prefieren ir al Celta.
¿Por qué?
Te lo diré después (risas).
¿Pero siempre eligen al Celta?
El Dépor perdió una oportunidad única en su día porque tenía convenio con muchos equipos y perdió casi todos. Ahora mismo la gran cantera de Galicia está en manos del Celta. El Pabellón, el Arosa… tienen convenios con el Celta
¿Cómo se dejó caer eso?
Cuando llegué yo ya no había esos convenios. Tenías que ir ahí a pelearte… y el Celta te golea ahora. Eso no quita que puedas fichar, que al final los chavales van donde quieren.
Y los más buenos se van, como pasó con Álvaro Carreras o Hugo Novoa.
¡Y qué más da que se vayan! Cuando estuve en el club hicimos estudios de todo tipo. ¿Por qué se van?, me peguntaban. Había mucho temor… Al final el Celta nos doblaba en jugadores que se marchaban. ¿Qué problema hay? Ninguno. ¿Te vas? Pues te vas. Lo que tienes que hacer es que los que se quedan, que son tan buenos como los que se van, al final salgan adelante. Y por lo que sea, el jugador de aquí, tiene que haber algo… porque se pierde. Es así.
¿Iban camino de construir algo...
No, perdone, hemos construido algo. Es diferente.
“Siempre dije que el jugador coruñés es diferente a los demás”
¿Algo duradero?
Así sí, porque para que algo dure tiene que tener continuidad. Estuve casi un cuarto de siglo en el Dépor y en esta última etapa acabé súper feliz porque creo que se hizo un trabajo excepcional. Me fui con la conciencia muy tranquila. Hicimos una estructura que nada tiene que envidiar a los grandes y la montamos aprovechando los profesionales que hay aquí, que son muy buenos. Le dimos un sentido porque hay gente muy preparada.
El club acomete ahora una mejora sustancial de Abegondo.
Pero eso es lo normal. Lo que hablábamos antes… La diferencia ya no es que los pongamos a los chavales, la diferencia es otra… ¿Qué se hace un gimnasio para el fútbol base? Pues lógicamente. Ya estamos poniendo otra piedra para mejorar la formación. ¿Cuál era mi mayor objetivo en el fútbol base del Deportivo? El de preparar al niño para que cuando le llegase la oportunidad estuviese lo mejor preparado posible. Ese era el gran objetivo.
¿Qué le parece que el Fabril tenga siete u ocho jugadores llegados de fuera en el once?
Me llevé una gran sorpresa viendo eso en el Fabril porque sentí que todo lo que habíamos construido se había caído. Me duele muchísimo. Si ya los niños de nuestra cantera no llegan al Fabril tenemos un problema importante. Estuve tres años ahí. No veo a uno que venga de fuera al Fabril y al que le saques un dinero. ¿Entonces? Vienen a dar rendimiento, pero ¿para qué? ¡Cómo si el equipo tiene que estar en Tercera RFEF! Una discusión que había dentro del club era la de que el Fabril tenía que estar cerca del primer equipo. Y no. La clave es la formación y si hay que subir a un juvenil al primer equipo no pasa nada por no reforzar al filial. Rubén López casi no jugó en el Fabril. Lo importante es preparar a esos chicos táctica, mental y físicamente para que cuando lleguen los periodistas no le deis palos por todos lados. Hay que tener paciencia, calma, educarlos en descansar y comer bien, en mejorar la condición física… Hay mil cosas. Todo va a sumar. Por eso hay equipos que van a otra velocidad. En definitiva, no es cuestión de “hay que ponerlos”. Hay que hacer un trabajo. Y luego ponerlos.