Los albores del exdeportivista Ibai Gómez como entrenador van viento en popa. El pasado verano ya había causado una buena sensación durante su periplo como técnico en la selección olímpica de República Dominicana. Tras aquella experiencia en Francia se hizo cargo de Arenas Club de Getxo, un histórico languideciente al que acaba de poner bajo el foco del éxito tras lograr el ascenso a Primera RFEF. Campeón de Copa en 1919 y uno de los diez equipos que disputaron la edición inaugural de la liga de Primera División, el club vasco se cayó del fútbol de élite en los años cuarenta y encadenó un largo periplo en el barro hasta que en 2015 se asentó en Segunda B. En el cambio de formato de la campaña 2020-21 logró sostenerse en Segunda RFEF y ahora da el salto de la mano del exdeportivista. 

Ibai Gómez ya ejercía de entrenador en las categorías inferiores del Santutxu, un clásico del fútbol base de Bilbao, mientras jugaba en el Athletic. Le viene de casta, hijo de Mitxelo, que lo ha sido todo en el club del populoso barrio del Botxo, desde entrenador a presidente. Con él se sentó pro primera vez en un banquillo cuando tenía 13 años. Mitxelo trabajó ocho años en la estructura del Athletic, donde entrenó en el infantil a Fernando Amorebieta, luego compañero de Ibai y ahora su segundo en el banquillo del Arenas, un equipo con un fútbol atrevido, que acude a presionar a campo contrario y en cuanto recupera la pelota se lanza a la portería rival. Ibai Gómez ha sido campeón con uno de los equipos con menor presupuesto de la categoría y ha asumido de su bolsillo el salario de los integrantes de un staff con marchamo profesional a través del que aplica rutinas de trabajo nada comunes en la categoría.

“Siempre tuve claro que quería ser entrenador”, explica Ibai, que quizás por eso aceleró su retirada como futbolista tras unos meses sin apenas oportunidades en el Deportivo. Tampoco estaba ya como para baquetearse. En noviembre de 2022 anunció su adiós. “Hay momentos en los que la vida va decidiendo por ti haciéndote escoger un camino u otro y yo ya llevo tiempo pensando que ya ha llegado la hora de hacer realidad mi otro gran sueño”. Con el Deportivo apenas jugó siete partidos ya en un ocaso que le dirigía a los banquillos. Este domingo con un empate en Ipurua ante el Eibar B (posible rival del Fabril en el playoff de ascenso) ha dado un paso de gigante en una carrera que se presume importante.